Denuncia en Antifraude que investiguen los viajes del director de la agencia

La Agencia Antifraude parece vivir semanas de cierta convulsión. A Joan Llinares, el director de la entidad, le han presentado una denuncia en su propio organismo por los viajes que realiza como responsable de la organización. El escrito es anónimo. Una fórmula que la propia Agencia alienta a la hora de denunciar hechos supuestamente delictivos. El informador pide a los investigadores que analicen los viajes del máximo responsable porque, según manifiesta, son innecesarios o sólo persiguen el interés personal de Llinares.

El dirigente atendió ayer la llamada de LAS PROVINCIAS. En primer lugar, atribuyó esta denuncia a una maniobra «de los corruptos» que no quieren que se les investigue y pretenden torpedear la marcha del organismo. A continuación, añadió que el ámbito de actuación de Antifraude no es investigarse a sí misma por lo que descartó que personal de la Agencia analice sus desplazamientos. «Antifraude depende de Les Corts y es allí donde se deben encauzar este tipo de reclamaciones si alguien no está conforme con los viajes», sugirió. En cualquier caso, aclaró que los periplos están perfectamente descritos en la web de la institución.

El denunciante, no obstante, aporta algunos datos relevantes que en la página web, de momento, no son públicos. Por ejemplo, respecto al desplazamiento de Llinares a Rust (Austria) para la conferencia anual del European Partners against Corruption, un grupo de asociaciones que luchan contra la corrupción. En la página de Antifraude aparece el coste del viaje del director. En total, avión, taxi y hotel de cuatro estrellas por 616,90 euros. Sin embargo, se omite que viajó acompañado de su secretaria, tal y como él mismo admitió ayer tras ser preguntado.

La Ley 2/2015 de la Generalitat obliga a publicar el gasto total de los viajes realizados fuera de la Comunitat. Además, en la página web de la Generalitat, por ejemplo, se concretan los acompañantes que se desplazan con los altos cargos.

No ocurre lo mismo en el portal de Antifraude. Llinares, en este punto, sostiene que los viajes «de los funcionarios de la agencia se publicitan con la difusión de las facturas». Y esto, de momento, todavía no se ha producido. Explicó el director que este trámite se hace de manera trimestral. La expedición se produjo a finales de octubre y todavía no se ha incluido en la web.

Una navegación superficial por la página de Antifraude permite comprobar el atraso en actualizar determinadas partidas. Así, por ejemplo, los últimos expedientes de contratación cerrados son del mes de abril o en los gastos de caja fija, donde quizá deberían incluirse las facturas en un futuro, sólo aparece un apunte del pasado mes de febrero.

La denuncia pone en duda la utilidad del viaje y el desplazamiento de dos personas. Llinares rechaza cualquier atisbo de sospecha. «El representante de la Agencia tiene que acudir porque se votaba la inclusión de Antifraude en la organización». El motivo de que estuviera la secretaria de la dirección -aclara que no es su secretaria particular- está relacionado con el hecho de que domina el inglés. «Fue ella la que hizo la exposición en ese idioma», insiste. Se trataba de un texto elaborado previamente por el propio Llinares. El denunciante anónimo asegura que aquello consistió en una intervención de menos de cuatro minutos. En la página web del organismo internacional (EPAC) no se puede visionar, aunque Llinares adelantó que no tiene problema en permitir la consulta de esa presentación. El director añade, además, que las jornadas de trabajo fueron intensas, desde las nueve de la mañana a las cinco de la tarde y que participó en diferentes comisiones.

El escrito, al que ha accedido este periódico, pone en duda la utilidad de otros recorridos como una conferencia ofrecida en Madrid: 'La zona oscura de las privatizaciones' o el tercer seminario Internacional sobre Transparencia, que se celebró en Barcelona hace un mes. Ninguno de esos eventos, no obstante, ha tenido coste para Antifraude.