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Lunes, 5 de febrero 2018, 00:22
Un mes después de que el asesino de su hija fuese capturado, el padre de Diana Quer regresó ayer a A Pobra para agradecer a sus gentes el cariño demostrado «durante estos 500 días de calvario». Tras una misa en la iglesia del pueblo en la que estuvo acompañado por el presidente de la Xunta y representantes de los cuerpos policiales que investigaron la desaparición, Juan Carlos Quer aseguró que tras de la muerte de Diana «habrá un antes y un después» e invitó a sumarse a la campaña por mantener la prisión permanente revisable.
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