El conductor circula a 208 kilómetros por hora; vuela por la autovía A-66 en dirección Sevilla. Pero su insensatez no termina ahí. Porque a esa velocidad, se atreve a acosar a todos los conductores que se interponen en su camino. Corre mucho pero no llega muy lejos. Pegasus, el helicóptero de la DGT, alerta a dos motoristas de la Guardia Civil que le cortan el paso. El conductor queda detenido por un delito contra la seguridad vial y por conducción temeraria que acarrean penas de prisión. Una actitud que se repite demasiadas veces en nuestras carreteras. Nada justifica tanta agresividad al volante.-Redacción-
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