Diana Morant: Atrapada en la confusión

Los mensajes llamando a la unidad de acción política casan mal con esa doble condición de ministra de Sánchez y de jefa de oposición frente a Mazón. Es una ambigüedad que ha atrapado a Morant desde su llegada a la cúpula del PSPV, y que ahora se vuelto extraordinariamente compleja. Dudas que podría haber dejado aparcadas para resolver en el futuro (¿Se puede seguir como ministra hasta el final de la legislatura? ¿Hay mandar ya en el PSPV de una manera directa y clara o se puede continuar delegando y dejando en estado de latencia al partido? ¿Implicarse o desmarcarse? ¿Colaborar con el Consell o mostrarse abiertamente hostil?), Morant debe solventarlo cuanto antes.

Por eso sus mensajes tampoco son fácilmente entendibles por la población afectada por la dana, que ya tiene suficiente con intentar salir adelante como para estar pendiente de un discurso político que fluctúa entre la aportación, la confusión, la crítica, el apoyo, el desenfoque y viceversa. A la ministra se le ha visto acompañando a otros compañeros del Gobierno cuando acudían al Cecopi, pero no se le ha podido ver en la zona cero de la dana. Morant no ha podido incidir en las dificultades que tiene Mazón a la hora de visitar las localidades más afectadas porque ella, por ser miembro del Gobierno, tiene el mismo problema.

El enfrentamiento entre el Ejecutivo central y autonómico también la deja en un fuego cruzado. Morant intentó primeramente mostrarse generosa y tender la mano al Consell. Anunció que su partido apoyaría los presupuestos de la Generalitat para el año que viene de manera incondicional. Sin embargo, poco después, cuando los socialistas comenzaron a reclamar la dimisión de Mazón de manera reiterada, la líder del PSPV tuvo que matizar ese apoyo a las cuentas del Gobierno valenciano para el año que empieza de manera inminente. Se inventó una propuesta de complicada explicación como es la ocurrencia de que la Generalitat estuviera en manos de un «Consell técnico», del PP pero sin Mazón, que es el líder de los populares en la Comunitat, de tal modo que un partido como el PSPV, que asegura abanderar el autogobierno y fomenta la idea de una España federal, pretende que al jefe del Consell lo saque Génova del Palau. Pide la dimisión de Mazón, pero no apoya la moción de censura que propone Compromís... Y mientras se decide por una posición en concreto surge entre los socialistas la figura de Pilar Bernabé, calzada con sus botas de agua, delegada del Gobierno y siempre presente, un total contraste con la posición de la ministra,