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Hubo un día que Ciudadanos llegó a contar medio millón de votos valencianos. Esa fue su potencia. Era abril de 2019. Medio año después, sus apoyos en la Comunitat eran un 60% menos. Sin embargo, aquel apogeo encapsulado en un grupo parlamentario de 18 diputados en Les Corts y de una serie de cargos institucionales, como el derecho a designar un senador territorial, permitió mantener latente, pero oculto, el descontento y un paulatino encono entre dirigentes y militantes de muy distintas sensibilidades. Todo eso, sin embargo, emerge ahora. De Murcia a Madrid, y de ahí, el desencanto se ha extendido a toda España, y especialemente en la Comunitat.
La terna de Alicante, Castellón y Valencia fue uno de los principales semilleros de votos de la marca naranja. También concentra ahora algunas de los más sonadas convulsiones generadas por el cisma propiciado por la moción de censura murciana, fracasada.
De tres cargos electos nacionales, dos diputadas y un senador territorial, sólo se mantiene en su sitio María Muñoz, que además ha cobrado enteros para situarse al frente del partido en la Comunitat, al igual que Fernando Giner, concejal y portavoz de Cs en el Ayuntamiento de Valencia.
El miércoles, la dirección nacional le enseñó la puerta al senador Emilio Argüeso, que se fue con escaño y todo, una actitud distinta a la de Marta Martín, la diputada que dijo adiós ayer. Dimitió. Su salida fue recibida con pesar en las filas de Ciudadanos, aunque sabían que la parlamentaria estaba muy próxima a Argüeso y a todo el conglomerado de cargos que se han volatilizado en las últimas horas.
Martín se fue con honor, al menos así lo ven sus ya excompañeros. En cualquier caso, su adiós, junto a la fuga de Argüeso con el acta bajo el brazo, acentúa más el cisma de Ciudadanos en la Comunitat y la sensación de desbandada. La lista de cargos de relevancia (Cantó, Argüeso, Martín) empieza a ser larga y se adereza con la marcha de militantes de todo tipo, como Esteban Chornet, uno de los fundadores de la formación naranja en la Marina Alta, que se va mientras tilda de «decepción total» la actitud de Arrimadas. Alicante es una de las provincias más afectadas por el incendio en el partido prendido por la chispa que saltó en Murcia hace apenas una semana. Por si fuera poco, el grupo parlamentario en Les Corts exhibe una desunión y confrontación que agudiza la idea de ruina.
«Adiós Toni, creo que pronto nos reencontraremos en otro sitio». Así se despidió el martes un diputado de Ciudadanos de Cantó cuando el ya exsíndic se reunió con los parlamentarios. Esa sospecha de un «reencuentro» próximo denota la falta de fe que existe en el proyecto de Ciudadanos. Un agotamiento que Marta Martín ha dejado ver al anunciar su marcha del Congreso.
«Estoy a la espera de la respuesta de mi partido para tomar una decisión. Lo que es seguro es que haré lo que considero más ético acorde con mi compromiso de servicio. Se puede perder un acta, un partido pero no la dignidad ni la salud», advirtió por la mañana Martín, que 20 minutos más tarde anunció: «Acabo de presentar mi renuncia al acta. Yo cumplo mis compromisos y espero que los que se quedan cumplan el compromiso que me han dado. Que ese escaño no sirva jamás para dar alas ni a nacionalismo ni a la corrupción. Ha sido un honor hacer mi trabajo estos años. Gracias». Diputados nacionales y autonómicos hicieron ver su agradecimiento a la labor de la diputada alicantina en un tono bien distinto al que reservaron a otro adiós, el de Emilio Argüeso.
El senador alicantino es una persona muy próxima a Fran Hervías, exsecretario de Organización de Cs que fue de los primeros en dimitir para incorporarse al PP). Fue secretario de Organización de la Comunitat, y participó al alimón con Toni Cantó en la elaboración de las listas electorales. Argüeso no era un cualquiera en Ciudadanos. No ha esperado a ver cómo se resuelve el procedimiendo de expulsión que el partido anunció el miércoles acusándole de instar al transfuguismo. Argüeso se ha ido, pero sin renunciar al acta, lo que le ha valido una generalizada reprobación de cargos nacionales y de la Comunitat. No de todos, porque todavía le quedan fieles. Al fin y al cabo, y en el partido lo saben, Argüeso hizo valer su cuota de poder, de modo que en Les Corts son varios los que le deben el puesto, han hecho piña frente a Cantó y ahora pretendían hacer valer su posición crítica tras la espantada del actor.
Jesús Gimeno, diputado provincial y cargo orgánico, ha sido el encargado de escuchar y recopilar todas esas cuitas internas con el fin de elaborar un informe que elevar a Madrid. Será la dirección nacional la que decida a quién pone al frente del partido a nivel autonómico (la diputada María Muñoz o el concejal Fernando Giner, que además participa en el Comité Permanente del partido), y a quién sitúa de portavoz parlamentario en Les Corts. Gimeno fue en su momento una persona de la confianza de Juan Córdoba, que támbién tuvo muy buena relación con Argüeso y que ha controlado durante años los resortes orgánicos en Valencia. La fontanería en Ciudadanos no pasa de manos así como así. Fuentes del grupo dan por seguro que en Les Corts habrá alguna salida similar a la de Emilio Argüeso en el Senado. La opción de Vicente Fernández parece ahora descartada, mientras que Ruth Merino parece mantener opciones y Mamen Peris figura como una posibilidad de generar consensos, si es que eso es posible en un partido a punto de explotar.
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