El que fuera amo y señor del PP de Alicante durante la presente década dice adiós. Los resultados electorales negativos de los populares no perdonan. Las apuestas por el 'caballo ganador' que perdió contra pronóstico, no ayudan. Las ambiciones por liderar la regeneración obligada tras los comicios autonómicos y municipales, tampoco. José Císcar, exvicepresidente de la Generalitat y, hasta este martes, presidente del PP en la provincia de Alicante se retira a sus cuarteles de invierno justo cuando llega el verano.
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En la reunión de la dirección provincial alicantina en la que se pretendían analizar las citas electorales, Ciscar ha anunciado su marcha al frente de la dirección de una provincia que, curiosamente, es la única donde el PP mantiene una gran cuota de poder: la capital, Alicante, y la Diputación. Sin embargo, el control de Císcar sobre los movimientos del partido se ha recortado.
Císcar, según fuentes del PP, dimite como «una decisión personal consultada y hablada con Bonig desde hace mucho tiempo, una salida muy consensuada anto con la presidenta como con Génova». Las mismas fuentes aseguran que la dirección nacional ha dado «toda la libertad del mundo» a la cúpula dirigente valenciana, si bien es cierto que los genovitas reclamaban una renovación que parecía haberse encarnado en la figura de Carlos Mazón, el candidato a presidir la Diputación de Alicante.
Mazón no es precisamente del círculo de confianza de Císcar. Proviene del zaplanismo y sus posiciones se consideran contrarias a las del presidente saliente, que al ver cómo se estaban alineando los planetas en la constelación popular ha preferido tomar él la iniciativa. «Ha asegurado que ha cumplido una etapa y que es el momento personal de tomar la decisión para facilitar la regeneración del partido», señalan fuentes del PP a nivel autonómico.
Isabel Bonig pierde, así, a un aliado histórico durante su etapa al frente del partido, desde que sustituyera a Alberto Fabra. La presidenta del PP en la Comunitat ha tenido en Císcar a uno de sus puntales. El sector crítico de los populares consideraban que la influencia del ya expresidente provincial alicantino era excesiva. A Ciscar lo sustituye Eduardo Dolón, alcalde de Torrevieja, quien contará con Toni Pérez, alcalde de Benidorm, como su número dos y secretario general.
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La dimisión ha llegado en plena resaca política tras los resultados del PP en las elecciones municipales, si bien se trataba de un adiós ya intuido desde los comicios generales de abril y teniendo en cuenta la relación tirante de la cúpula autonómica del partido con Génova.
Tampoco cuajó la ofensiva contra el PSPV y el Bloc por una supuesta financiación ilegal que el propio expresidente del PP en Alicante llevó a los juzgados, un caso cuyos últimos flecos se están archivando en los tribbunales. Císcar no se sentía cómodo con los movimientos orgánicos y de candidatos generados a su alrededor en una provincia que dominaba con mano de hierro hasta las primarias en las que Pablo Casado se impuso a Soraya Sáez de Santamaría para sustituir a Mariano Rajoy como presidente nacional del partido. Císcar apostó por la exvicepresidenta y perdió. Los resultados del ciclo electoral empeoraron la situación. La candidatura a presidir la Diputación de Alicante de Carlos Mazón, de pasado zaplanista y de una corriente no afín a Císcar han terminado de cuadrar un puzzle en el que Císcar siente que sobra y nadie ha logrado, o no ha querido, convencerle de lo contrario.
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Durante siete años, Císcar ha dirigido el PP alicantino, el último fortín de los populares frente a la pujanza del Botánico. El exalcalde de Teulada continuará como diputado en Les Corts.
«Estoy muy agradecida al que ha sido un gran presidente provincial, que ha impulsado una renovación que tiene que ver con las primarias. Si el PP inició el camino por la senda de abrir su estructura a las bases es porque luchamos para que eso fuese una realidad. Ha sido una decisión personal de la que yo he intentado persuadirle por activa y por pasiva. De guasa, digo que hay dos hombres que no he logrado que me hagan caso. Uno fue Javier Moliner en la Diputación de Castellón y en otro es José Císcar, que da un ejemplo. El partido queda en manos de Dolón y Pérez, los dos representantes del poder municipal del PP, y que ejercerán de contrapeso de las políticas del Consell», ha señalado Bonig.
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