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El exvicepresidente Pepe Ciscar en el escaño que ocupó en Les Corts en su etapa como diputado. LP
Crisis en el gobierno valenciano | «Yo, en su caso, dimitiría y me iría a casa»

«Yo, en su caso, dimitiría y me iría a casa»

La invitación de la consellera Bravo a Oltra para que se aparte tiene un precedente cercano: el del popular Pepe Ciscar con Blasco

JC. Ferriol Moya

Valencia

Jueves, 12 de mayo 2022, 11:13

«Yo me plantearía dimitir si se compromete la institución». Las palabras las pronunció esta semana en Cope Valencia Gabriela Bravo, de la que cualquier responsable político sabe ya a estas alturas que no da puntada sin hilo. Lo hizo en respuesta a una pregunta sobre la situación política y judicial de la vicepresidenta del Consell y líder de Compromís Mónica Oltra. Una invitación más o menos explícita a abandonar el cargo, a la vista de la petición del juzgado para que el TSJ impute a la consellera de Igualdad a la vista de la investigación abierta sobre la gestión en el caso de los abusos a una menor tutelada por la Generalitat.

Ese «yo me plantearía dimitir» o el equivalente 'yo, en su caso, dimitiría', alerta de un horizonte judicial que resulta probable: el que marcaría la decisión del alto tribunal valenciano de abrir investigación a Oltra. Un escenario que marcaría un antes y un después en el seno del tripartito valenciano, y que obligaría a Ximo Puig a tomar decisiones en el caso de que su vicepresidenta quisiera enrocarse en el Consell.

Esa invitación de Bravo a Oltra a dejar el cargo tiene un precedente directo en la política autonómica. Y relativamente cercano. Pepe Císcar, el que fuera vicepresidente y portavoz del Consell en el Ejecutivo presidido entre 2011 y 2015 por Alberto Fabra, lo proclamó en más de una de esas comparecencias ante los medios de comunicación que entonces protagonizaba para informar de los acuerdos adoptados en el Consell.

Entonces, al igual que ahora, las preguntas sobre asuntos que no afectaban únicamente a la actividad más estricta del Ejecutivo valenciano capitalizaban en ocasiones las explicaciones del dirigente popular. Esa legislatura, además, supuso la eclosión de causas judiciales sobre dirigentes del PP valenciano. Les Corts llegaron a acoger a un buen número de diputados con causas pendientes en los tribunales. Y a Císcar, como portavoz del Gobierno valenciano, se le requirió en multitud de ocasiones para que valorara la situación de sus compañeros de partido.

Fabra, entonces president de la Generalitat, fue el encargado de establecer una clara línea roja respecto a estos cargo salpicados por causas judiciales. La mera imputación judicial suponía ya la separación de la responsabilidad política. En tiempos de Gürtel, Brugal... la sucesión de causas judiciales con cargos populares imputados obligó a renuncias y a forzar dimisiones.

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Porque en algunos casos, los afectados se negaban a dimitir. Rafael Blasco fue uno de ellos. El exconseller y exportavoz de los populares resultó imputado entonces por el desvío de fondos públicos de la conselleria de Solidaridad. Blasco, que acabaría siendo condenado a pena de prisión por este asunto, trató de resistir en su escaño cuando la causa judicial acaba de comenzar. Todo un pulso al propio Fabra, entonces presidente del PPCV, por el que muchos viernes se preguntó al portavoz Císcar.

Y el dirigente popular, ya entonces líder del PP alicantino, no lo dudó. «Si yo fuera él, lo dejaría todo y me iría a casa» dijo Ciscar, con esas palabras y otros días con otras muy parecidas, para indicarle la puerta de salida a Blasco. Y así un viernes y otro viernes. Y después de Blasco, con Carlos Fabra, y luego con otros. La frase acabó siendo una de las muletillas más reconocidas del exvicepresidente del Consell. Blasco, finalmente, dejó el cargo.

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