Puig fracasa al no sumarse Aragonès a su ofensiva por la financiación

Ximo Puig quiere sumar aliados para la reforma del sistema de financiación, mientras Pere Aragonès está concentrado en la reunión bilateral con el Gobierno y avanzar supuestamente en ese proyecto independentista para Cataluña. Este es uno de los resúmenes de la primera cumbre entre dos regiones que, durante años, permanecieron aisladas. Ahora quieren reconstruir puentes, canales de comunicación, aquello tan rimbombante que anunció Ximo Puig de la Commonwealth, pero sin llegar tampoco demasiado lejos. De hecho, Aragonès se encargó en varias ocasiones de recordar que ellos se encuentran inmersos en una «negociación con el Gobierno por el conflicto político» y que necesitará de «perseverancia y de amplias mayorías».

Sí admitió que la Comunitat está infrafinanciada -igual que Cataluña- y comparten reivindicaciones del déficit fiscal. Ahora bien, se mueven en escenarios diferentes. Mientras Puig quiere atar una propuesta favorable a la reforma de acuerdo a sus intereses -negocia con Andalucía y Baleares-, Aragonès no contempla esto como una urgencia. «Está claro que desde un punto de vista de estructural y de horizonte político priorizamos la mesa de negociación», señaló. No parece que el deseo independentista pueda apaciguarse con más dinero. Ahora ya no.

Pese a todo, el presidente del Consell se esforzó por vender una alianza potente ahora aunque de incierto futuro, más centrada quizá en el corto plazo que en aventuras de medio o largo recorrido. Entre los temas en agenda, casi todos los que un Gobierno pueda imaginar. «Queremos crear un corredor de intereses entre la Comunitat y Cataluña desde el diálogo y el respeto», indicó tras más de dos horas de reunión con el líder de Esquerra Republicana de Catalunya.

Así, de entrada, lanzaron un grupo de trabajo para generar sinergias en la captación de ayudas europeas. También acordaron hablar en las respectivas mesas de trabajo de infraestructuras, con el impulso al corredor mediterráneo en el horizonte, de energías renovables y de economía azul. Y ambos coincidieron en la necesidad de abordar con más recursos la salud mental, una situación agravada durante el último año de pandemia. También incluyeron la cultura, con un espacio común de medios de comunicación, como otra de las vías a potenciar y que copó buena parte de las preguntas de la rueda de prensa respecto a la reciprocidad con TV3.

¿Y todo esto al margen del proyecto independentista de Cataluña? Es decir, ¿se puede mantener una alianza con un territorio que entre sus objetivos más inmediatos figura el de la separación de España? Puig, lejos de aclarar esta cuestión, recurrió al manual de las buenas palabras y mejores gestos. «Cataluña tiene su proyecto y la Comunitat, desde el máximo respeto, debe cooperar. Tenemos un diálogo desde miradas diferentes. No compartimos hojas de ruta, pero tenemos un interés común, con mucho recorrido. No hay que ir más allá de lo que hoy estamos haciendo. Respeto y diálogo», insistió. Estos dos últimos apuntes fueron una constante en las explicaciones del dirigente valenciano.

Aragonès, a lo largo de su comparecencia de cerca de hora y media, evitó confirmar si su conseller de Economía participaría en la próxima reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera para abordar una reforma del sistema. «No hay una propuesta de reforma encima de la mesa», recordó. De nuevo, confirmó que no parece ser ese un foro relevante para los intereses de su región. «A diferencia de hace 20 años, la prioridad de Cataluña para superar estas dificultades es avanzar sobre un referéndum» de independencia. Por ejemplo, lamentó que en el pasado participaron en «muchas ocasiones», lo que les ha llevado a «sumar razones para la independencia».

En cambio, Puig sí encontró más apoyo en Aragonés para construir un frente contra la Comunidad de Madrid, gobernada por Isabel Díaz Ayuso. El líder acogió la tesis del presidente valenciano de arremeter contra la política fiscal del gobierno de los populares. En ese sentido, defendió que si en Europa «se reclama unas normas mínimas» contra el «dumping» fiscal, también las debe haber en España. Por ello, adelantó que las iniciativas para limitar la competencia desleal y los efectos negativos de un modelo centralista contarán con su «complicidad».

El enfriamiento por parte del Gobierno de la reforma del sistema de financiación ha llevado a Puig a emprender un tour para tratar de conseguir apoyos a su posición. Significativa fue su reunión con el presidente andaluz, Juanma Moreno, por aquello de ser una autonomía controlada por el PP y Cs. Se reúnen otra vez este mes. Posteriormente celebró una cumbre con Baleares. De ambos territorios supuestamente logró su compromiso.

El presidente de Murcia, López Frías, por su parte, informó ayer de que también planea reunirse con Andalucía y la Comunitat para un frente común. Pero el presidente del Consell rechaza lo de un «frente». Hay que afrontar el problema «desde la racionalidad y la visión. No pueden haber diferentes sensibilidades. El ascensor autonómico está paralizado».

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