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BURGUERA
Lunes, 8 de agosto 2022, 12:44
Cantaba Sabina que «hay amores eternos que duran lo que dura un corto invierno». Pues igual, pero entre mitad de un verano y una primavera, ... ha pasado con el director de Gestión de Fondos Europeos de la Vicepresidencia Segunda de la Generlitat, Jorque Hervás, que no ha durado en el puesto ni cuatro meses, una estación. Llegó a finales de abril y se ha ido con el comienzo de agosto. Tenía entre manos millones de euros. Y no podía decir que no conocía el terreno en el que se adentraba.
Hervás era jefe de Servicios Jurídicos de Urbanismo y Vivienda en el Ayuntamiento de Gandía. Desde la capital de la Safor tramitó las peticiones del consistorio gandiense para reclamar fondos europeos Next Generation dentro del Plan de Resiliencia y Reconstrucción con el fin de abordar la intervención integral de una calle de la localidad. Eso era en febrero. En junio, estaba en Aspe como alto cargo del Consell para presentar el nuevo plan de regeneración urbana para la rehabilitación de más de 100 viviendas en diferentes barrios de Aspe, con una subvención por parte de la Generalitat que asciende a más de 3 millones de euros. «Estamos en un momento sin precedentes históricos por la avalancha de ayudas, que hemos de aprovechar, entre otras cosas, para revertir el modelo urbanístico preponderante», según recogía en su web la escuela familiar agraria en la que intervino Hervás en mayo con motivo de unas jornadas sobre urbanismo.
Fuentes de la Consellería de Vicepresidencia segunda y Vivienda señalan que el cese «ha sido a petición propia» por cuestiones relacionadas con la incompatibilidad de su puesto como director del Consell con su actividad en la UPV, donde ejerce la docencia. Sorprende, en cualquier caso, que Hervás no hubiese contemplado este tipo de circunstancias en un proceso, el de selección de los directivos que iban a gestionar los fondos europeos desde el Consell, que se prolongó durante meses. En el caso de la conselleria de Podemos, ahora tendrá que buscar a otra persona para una labor de gran responsabilidad, ya que el departamento que dirige Illueca maneja, hasta el momento, un total de 124 millones de euros, lo que supone un tercio del montante global del departamento que dirige Héctor Illueca.
Agosto es el mes de los cambios en Podemos por lo que se refiere al Consell. Fue justo hace un año cuando el anterior vicepresidente segundo, Rubén Martínez Dalmau, dijo adiós a su puesto en el Gobierno valenciano de manera abrupta. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, admitió su contrariedad frente a un cambio de fichas que propició la llegada a la Generalitat de Illueca, un hombre de perfil bien distinto al de Martínez Dalmau. El actual vicepresidente segundo ofrece un perfil más discreto, si bien sus funciones siguen siendo las mismas que las de su antecesor, gestionar la política de vivienda del Consell en un momento en que los fondos europeos han incrementado el presupuesto de su área más del 70%. La llegada de los directores de los fondos en las distintas áreas del Gobierno autonómico se produjo después de un proceso de selección en el que los cargos políticos de las consellerias ejercieron un control férreo a la hora de manejar el listado de candidatos. El diseño de los órganos de selección de los nuevos directivos ha levantado algunas suspicacias entre los funcionarios de carrera de la administración autonómica, al entender que su ausencia no contribuye a dar la debida transparencia a un proceso de este tipo.
Entre las funciones de los nuevos directivos figuran las de fijar objetivos concretos para el programa asignado, elaborar la estrategia de dirección y ejecución del mismo, coordinarse con los órganos directivos responsables de la acción de gobierno o informar a los órganos superiores sobre la ejecución del programa. Los nuevos puestos de trabajo dependen de las respectivas subsecretarías de cada conselleria, puestos ocupados por personal de la más absoluta confianza de cada uno de los consellers. El puesto de trabajo se vincula a la gestión de los fondos europeos, se localizará en Valencia y tiene dedicación exclusiva, incompatible con el ejercicio de cualquier profesión retribuida salvo autorización expresa, y esa característica es la que, parece, que ha motivado el adiós de Hervás.
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