Un empresario de Azud: «En el PSPV nos pidieron facturar a otra firma para cobrar antes»

Emilio Calvet trabaja en Industria Gráfica Valenciana, una mercantil señalada en el sumario por efectuar trabajos para el PSPV. El testigo, que declaró hace unos días en el juzgado, recuerda que a su padre, al frente de la empresa en el momento de los hechos, le indicaron desde el PSPV que había que facturar a Gigante –empresa vinculada al cabecilla de la trama Jaime Febrer– porque así cobrarían «con menos demora». Esto era cierto. «La factura se pagó enseguida», ratificó. Industria Gráfica llevaba toda la papelería oficial del partido socialista. Sin embargo, ni Calvet ni su padre pudieron aclarar quién les dio la orden de operar de esta manera tan irregular.

Salvador Costa es el actual alcalde de Gilet, municipio donde también fue primer edil Pepe Cataluña, el exjefe de finanzas del PSPV y cuya documentación ha permitido a los investigadores reconstruir todo este oscuro periodo. La declaración judicial de Costa sorprende porque asegura que se encargaron unos trabajos a Cronosport -tampoco recuerda quién le dio esta indicación- para el congreso de las Juventudes Socialistas sin saber el presupuesto con el que contaban.

Una circunstancia totalmente ilógica en una transacción comercial. Antes de comprar es imprescindible saber tu disponibilidad o capacidad de financiación salvo que finalmente no seas quien corre con el pago del servicio. «Llevamos la factura al PSPV y se supone que se pagó», señaló a la instructora. Pese a ser ambos de un pequeño municipio, al parecer, nunca habló de estos asuntos con Pepe Cataluña. Todo se lo comentaba al secretario de organización Alfred Boix y al gerente del partido.

El juzgado también convocó a otro testigo, responsable de una agencia de comunicación. En su contabilidad figura un apunte de 13.000 euros para Construcciones Valencia Constitución. Sin embargo, el declarante desconocía a qué correspondía esa factura. Sí admitió que efectuaban numerosos trabajos para el PSPV, por ejemplo, unos boletines para repartir por los barrios.

El fiscal, no conforme ante la falta de memoria del testigo, le pregunta acerca de por qué se le pudo haber facturado 13.000 euros. Y entonces recordó que elaboraban un periódico en rumano para Castellón y las constructores se anunciaban porque eran muchos extranjeros a la búsqueda de una vivienda. Tampoco él sabía quién era Pepe Cataluña.

Más problemas aparecen en la firma Metro films. Dos trabajadores han declarado que desconocían por qué se facturaron los trabajos realizados para el partido socialista a la citada mercantil Gigantes. Sin embargo, el anterior gerente de la firma ha declarado que fueron todos juntos a Blanquerías, antigua sede de los socialistas, y allí les indicaron a quién debían facturar. De nuevo, ninguno de estos empleados es capaz de recordar quién les dio estas instrucciones.