Un empresario clave en la logística contra el Covid, procesado con el clan Blasco

Acumuló un amplio patrimonio, entre propiedades y vehículos, según recoge la investigación judicial. Este reconocido empresario ejerció un papel clave en la logística del reparto del material Covid en los peores momentos de la pandemia, aquellos meses de terrible incertidumbre de 2020. Se hizo con encargos para el suministro de mascarillas y otros medios de protección a determinados centros residenciales. Ahora ha sido procesado como parte de la trama de desvío de fondos del Hospital General, con Sergio Blasco como cabecilla.

Outlog fue creada en el año 2000. El juez recuerda los vínculos de esta mercantil con Augusto César Tauroni que participaba con dos sociedades. Tauroni era el empresario de cabecera de Rafael Blasco. Ambos fueron condenados por el caso Cooperación, el desvío de dinero destinado al desarrollo de los países más pobres.

El hermano de Sergio Blasco, Francisco José, otro de los procesados en la causa, estaba dado de alta en esa compañía. El juez destaca lo extraño que resulta que encontraran un documento con los ingresos de la empresa en 2010 y la previsión para 2011 que le hicieron llegar al propio Blasco.

Gracias a los contratos de emergencia, Sanfelix a través de la empresa Kanbanlog, se presentó a cubrir parte de la logística del almacén sanitario del Consell que se articuló en Feria Valencia. Obtuvo dos contratos de reparto del material de 358.000 euros, según informó en su momento eldiario. Esta firma, hasta el año 2010, careció de trabajadores pese a que se producía una significativa facturación y cobro a otras sociedades del grupo.

La investigación abierta por el juzgado de Instrucción 6 de Valencia afecta a 11 personas, todas ellas al borde del banquillo en caso de que la Fiscalía aprecie indicios delictivos en estos hechos. Las empresas salpicadas por la causa no tienen ningún impedimento para presentarse a adjudicaciones públicas y a operar en el mercado con normalidad.

Las pesquisas, activadas a raíz de una denuncia de Esquerra Unida, han permitido desentrañar todo un entramado opaco de facturación a tres niveles. En el escalón superior, empresas como la de Outlog, con prestigio y trayectoria de trabajo con la administración. En el inferior, sociedades sin apenas estructura ni trabajadores, receptoras finales de los fondos que recibían los Blasco. Entre ellos, compra de terrenos, coches de gama alta, viajes y las empleadas del servicio de hogar.