La entrada triunfal de Mazón a la plaza de toros

A los sones de 'La mano arriba', animados por El Pulpo, locutor y discjockey habitual de los fiestorros del PP, miles de personas han jaleado a Pablo Casado y Carlos Mazón en Valencia. El líder valenciano, como se puede ver en el vídeo, ha saludado al tendido, ha corrido a abrazarse con amigos y conocidos y ha dialogado con unos y con otros. Junto a él, otras figuras importantes del partido, como María José Catalá, y algunos que hacía tiempo que no pisaban un mitin del PP, como Francisco Camps.

A las 11:10, cuando todo el mundo estaba botando y bailando, se ha ordenado «por una cuestión de seguridad» desalojar «cuanto antes» el anillo superior de la plaza. Tras un segundos de duda, los asistentes fueron retirándose de la zona más elevada del coso. «Muchas gracias. Esto es el PP, un partido de gobierno. En otras formaciones hubieran quemado el sitio de arriba», deslizó el locutor. Mientras descendían, entre el aplauso de los asistentes, sonaba el pasodoble 'Valencia'.

A la entrada del recinto, los voluntarios repartían gorritos azules con el símbolo del PP, pulseritas con la bandera española y botellas de agua. También había mochilas naranjas con los charranes, pero esas eran más difíciles de conseguir. En el interior del coso, han empezado a arreciar los gritos de 'presidente, presidente'. Mientras tanto, en el exterior, antes incluso de empezar oficialmente el acto (previsto para las doce), Casado ha recordado los momentos en los que, como afiliado de base, tuvo que estar ensobrando papeletas, llenando los estadios, yendo en autobús a ejercer como interventor en las elecciones vascas...

Casado ha entrado finalmente a las doce menos cuarto. La gente se ha puesto en pie, ha desenfundado los móviles y ha tratado de captar el momento de su entrada. Por megafonía sonaba la canción 'We are the people we've waiting for' ('somos la gente que estábamos esperando'), de Martin Garrix, Bono y The Edge. Casado fue recorriendo la plaza por el burladero, como una estrella de rock, saludando y chocando manos. De aquí a unos minutos subirá al escenario y echará un discurso. Pero da la impresión de que las palabras serán lo de menos. El golpe de efecto ya lo ha conseguido.

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