Si te esperanzas demasiado igual te frustras

Ese mismo enfado que ha llevado a reaccionar mal a algunos podemistas en Madrid puede trasladarse a la Comunitat en un par de años o cuando a Puig le parezca bien convocar elecciones. Aquí, el berrinche pueden cogérselo en el ala derecha. Por alguna razón se pretende trasladar la idea de que la victoria del PP en Madrid decantará a los votantes valencianos hacia el mismo lado. Como las mareas. Quizá se dé esa victoria, pero dudo que sea por un repentino entusiasmo por la victoria de Ayuso. Quizá tenga más que ver con matemáticas. En Madrid hay una provincia y aquí tres. Eso incrementa la importancia de la ley que asigna escaños por provincias, así como a la agrupación del voto en torno al PP que supone la desaparición de Ciudadanos, que si se da igual en la Comunitat que en Madrid supondrá que las ventajas del más votado irán a parar a los populares en las tres provincias, lo que triplica respecto a Madrid el efecto de liderar el ranking de votos. Que iba a ganar Ayuso se sabía por los sondeos. A los madrileños les convence su discurso y sus políticas, principalmente la de la gestión de la pandemia, que es la preponderante ahora. La encuesta de este periódico dice que aquí vence el Botánico. A los valencianos les convence su discurso y sus políticas en relación al mismo asunto, la pandemia. ¿Lo que han votado los madrileños cambia ese convencimiento en la Comunitat? Porque tiene que cambiar y mucho, siempre en función de los datos demoscópicos. El PP tiene la esperanza de que sí. No será porque cuando vengan de Madrid este verano a Gandía o a Santa Pola vayan a evangelizarnos. Los valencianos tienen cumplida y extensa información de lo que hace Ayuso. Los populares cuantificaron su decepción en 2019: 4.311 votos les separó de cumplir sus expectativas, suposiciones basadas en deseos y percepciones. No siempre tienes lo que quieres. Que nadie vuele demasiado alto. Pies siempre en el suelo. El aterrizaje nunca es suave.