En el caso Gürtel, cuyo juicio se celebra desde hace semanas en la Audiencia Nacional, el ruido mediático llega más desde el exterior -los enfrentamientos de Camps con los miembros confesos de la trama- que lo que deparan las sesiones. Pero es allí donde se juegan el futuro ... un buen número de altos cargos del Gobierno de Camps. El resultado también condicionará la anhelada rehabilitación del expresidente para la vida política. De nuevo, una vez más, el juicio ha comenzado con un notable retraso por una comparecencia de prisión que debía resolver el tribunal. Más de una hora y media sobre el horario previsto.
Publicidad
La sesión comenzó, finalmente, con Manuel Cervera, el exconseller de Sanidad del PP. Se le acusa de la contratación de un vídeo de un acto promocional por la ampliación del Hospital Clínico. Esto se hizo en 2008. «Aquello fue un acto de mucha relevancia. En el 2002 ya se había firmado un protocolo de cesión de espacio entre la Politécnica y la Generalitat».
La Fiscalía concentra su acusación en la elaboración del vídeo. «Ni proponía, ni organizaba ni contrataba actos», ha subrayado Cervera. El declarante ha insistido en que no tenía capacidad de contratación. «Mi única preocupación es que Camps, como todos los presidentes era muy celoso, si yo salía una vez él tenía que salir diez». Con este argumento, efectuó la supervisión del vídeo.
Cervera ha explicado que reconoció a Álvaro, «no sabía que se llamaba Pérez». «Un señor con bigote», ha recordado. No supo quién era hasta que empezó a estar en primera línea en los actos políticos, según ha concretado. «Nunca me he reunido con él ni he tomado café». . Tampoco trasladó a su equipo que de esto, del vídeo, se iba a encargar el equipo de Orange Market. «Teníamos más de 200 actos todos los años. Me los daban dados como conseller».
Publicidad
El exresponsable, médico-oftalmólogo, ha indicado que ignora por qué se pagan facturas desde diferentes direcciones generales de su departamento que dependían de la Agencia Valenciana de Salud. «No lo sé. No pasaban por mí». Ha defendido su honorabilidad y su austeridad en la Conselleria de Sanidad -esto no es objeto de este juicio- y como prueba ha recordado que otras querellas terminaron en archivo.
La defensa de Camps le ha preguntado, tal y como hace con el resto de los investigados, si recibió órdenes de su patrocinado. «Ninguna. Con Camps, sólo tres minutos antes de los actos le explicaba lo que había, lo más relevante. Lo que siempre le decía era que mi presupuesto era deficitario».
Publicidad
El exdirigente ha recordado que su puesto no era nada agradable. «Me reunía con los directivos de las farmacéuticas que me dijeron que les debíamos mucho dinero». Cervera, en su última fase, ha estado más centrado en reivindicar los pesares de su cargo que en aclarar el asunto por el que está sentado en el banquillo.
El siguiente acusado en declarar ha sido Luis Rosado, secretario autonómico de la conselleria y que más tarde ocupó el puesto de Cervera. No ha sabido explicar quién encargó el vídeo. Se le ha mostrado una factura de 11.000 euros Orange Market. «Me llegaban todos los días una carpeta con los documentos que debía despachar y eso lo compartía con mi asesor. Pregunté al respecto, ha explicado, y le dijeron "que se correspondía con lo del clínico".
Publicidad
Rosado ha indicado que él no participó en el encargo del vídeo y que de eso se encargó otro departamento. Defendió, al igual que Cervera, su austeridad en los gastos de la conselleria. Rechazó cualquier relación con Álvaro Pérez, 'el Bigotes'. «Por cierto, estoy indignado con él cuando dijo que me conocía. Yo me cruzo con él por la calle y no sabe quién soy».
La sesión se ha completado con la declaración de Arantxa Vallés, responsable de la Sociedad Gestora para la Imagen Estratégica y Promocional de la Comunitat Valenciana. La acusación se basa en la inauguración de la salida de la Volvo Ocean Race en Alicante, un contrato de algo más de 400.000 euros.
Publicidad
«El coste debía de ser cero para la administración pública». Las empresas mostraron interés en patrocinar el evento por las ventajas fiscales. La sociedad no partía con un Presupuesto cerrado «sino que íbamos planificando en función de las empresas que iban entrando».
Vallés ha explicado que hubo contactos con otras empresas del sector, pero que finalmente sólo la de Orange Market hizo una oferta en el expediente de contratación. La Fiscalía le ha preguntado si sabía que la mercantil estaba trabajando desde mucho antes de que se les asignara el evento, es decir, insinuó que ya sabían con anterioridad que serían los seleccionados para el proyecto. Vallés ha querido aclarar que no era militante ni afiliada del PP y que tampoco conocía al Bigotes antes de una reunión en la que se preparó el evento. "Mi firma no tenía valor, debía ir con la de un consejero de la sociedad. Yo no podía ni comprar un bolígrafo". La exresponsable, que ha sido muy clara y tajante en su comparecencia, ha negado que actuara para favorecer a los miembros de la trama.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.