El exmarido de Oltra, un desconocido en la conselleria

Traslademos esta situación a una pequeña o mediana empresa o a un colegio o a cualquier organización profesional o de otro tipo. Si la pareja del máximo responsable del organigrama aparece salpicada por un asunto de este tipo, ¿es posible que todos los participantes en el proceso de atención desconozcan ese detalle? En la Conselleria de Igualdad, a raíz de los testimonios prestados en sede judicial, parece que sí. Que todo se desarrolló en esa, quizá cómoda, ignorancia. Así, se da la circunstancia incluso de que la propia consellera se entera antes de la investigación a su marido, Luis Ramírez Icardi, que todo el personal de la dirección de Igualdad. Conocen los hechos, pero no identifican al entonces supuesto autor.

Al parecer, sólo se da una excepción, la de María José Navarro, la encargada del expediente que terminó siendo un dosier para desacreditar a la víctima. Ella sí que conocía el vínculo sentimental del investigado con la consellera porque con anterioridad había tenido otro expediente con él. No concretó el motivo.

La más alto cargo de todas las personas que han declarado es Rosa Molero. Se trata de la directora general de Igualdad. Se enteró «por la prensa». Las primeras noticias se publicaron a finales de 2019. Los hechos son de febrero de 2017. Y todavía resulta más extraño cuando ella sí declaró que sabía que Icardi trabajaba en el centro Niño Jesús. «No sé si me dijeron dónde eran los abusos», comentó. Su subordinada Gema Plaza tampoco lo supo. Igual que Isabel Serra, directora territorial: «En algún momento me enteraría», deslizó. Amparo Nogués y Jesús Esquiu, que participaron en el proceso que ahora se investiga en Instrucción 15, también encajan en la fórmula 'nadie sabe nada'. Este último, además, añadió: «No sabía ni que estaba casada», en referencia a Oltra.

Isabel Añón es la psicóloga de Espill que valoró a la joven en el marco de ese expediente. Se entera de la vinculación sentimental con la líder de Compromís por la televisión. «Una noche estaba en casa y paso por delante y veo la noticia y pienso: 'qué raro que no la hayan mandado a Espill para valoración». Días después, llamaron a la conselleria y le dijeron el nombre de la víctima. «Ahí me di cuenta de que la había valorado yo. Del educador sólo sabía que era Luis y del centro». Llama la atención que con esos datos nadie le mencionara la especial circunstancia.

Francisco Soriano, otro de los responsables que ha pasado estos días por el juzgado, ha indicado que se enteró después del expediente, es decir, como pronto en diciembre de 2017. Casi un año después de las primeras denuncias sobre estos hechos en el centro Niño Jesús. Victoria García Tarín, la técnico de la conselleria que llevaba los expedientes de esas dependencias, no supo concretar cuándo tuvo conocimiento de quién era el educador ni tampoco se lo dijo la directora de las instalaciones.

La sentencia de la Audiencia de Valencia que condenó a cinco años de prisión al educador, el fallo sigue pendiente de confirmación por parte del Tribunal Supremo, recogía que era vox pópuli que el educador era la pareja de la consellera.

La directora del centro, en su momento, también lo reconoció. De hecho, uno de los reparos de la adolescente a la hora de denunciar en un primer momento estos hechos fue la posibilidad de que no la creyeran por la relación de su agresor.