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Enric Morera lleva unos días de viaje por Italia, pero con un propósito algo confuso. El expresidente de Les Corts y ahora senador asegura ... que se encuentra con «unos amigos» sin dar más detalles acerca de la identidad de sus acompañantes.
Sin embargo, la comitiva no es un grupo de personas de inquietudes dispares. Todos ellos albergan al menos un interés común y se desconoce si prioritario: son empresarios exportadores de cítricos, según reveló el dirigente italiano. Morera, no obstante, insiste en que se trata de un viaje privado y que cada uno se ha pagado lo suyo. «A tocateja», asegura. Aunque la expresión puede ser confusa porque implica el pago de algo en efectivo.
La polémica ha llegado con esa especie de comunión entre lo privado -disfrutar con unos amigos- y lo público -aprovechar sus relaciones para una reunión con Roberto Ciambetti, presidente del Consejo Regional de Venecia y miembro de la Liga Norte, el partido de extrema derecha liderado por Matteo Salvini-. Ambos dirigentes se conocen a raíz de su participación en la Conferencia de las Asambleas legislativas regionales de Europa.
Morera aclara que el encuentro fue un gesto de cordialidad de Ciambetti. Pero el que promovió la cita con una llamada de teléfono fue Morera. Y en el encuentro estuvieron presentes los amigos empresarios, según ha confirmado el propio Morera a LAS PROVINCIAS.
La combinación de lo público y lo privado resulta cuanto menos extraña. Y todavía más cuando Morera mantiene oculta la identidad de los empresarios, si son cargos representantes de la patronal o de una asociación. Vox ha aprovechado la información sobre este asunto para reclamar explicaciones acerca de quién ha costeado el desplazamiento y la estancia.
Desde el partido de derecha populista, al margen de resaltar que Morera se reúne con un miembro de la Liga Norte, dudan de la palabra del senador valenciano. Recuerdan el Código de Conducta de Las Cortes que prohíbe que los miembros «se abstendrán de aceptar obsequios, regalos, favores, servicios, invitaciones o viajes».
Se trata de una barrera para frenar que el dirigente comprometa su imparcialidad en la labor legislativa. Morera carece de competencias en la materia. Este viaje, o por ser precisos la reunión, sería más 'entendible' si el conseller de Agricultura, por ejemplo, o el de Economía acompañaran a una delegación comercial en busca de oportunidades de negocio. Pero se da el caso de que es un senador, amigo de unos empresarios, que utiliza sus contactos para supuestamente facilitar la labor exportadora.
El propio Ciambetti calificó la reunión como de gran interés en asuntos como la autonomía en los territorios de lengua catalana y las oportunidades de crecimiento para las ciudades de Venecia y Valencia.Iniciativa, uno de los socios de Compromís, ya ha pedido explicaciones de ese encuentro, pero en este caso por tratarse de un interlocutor de la extrema derecha italiana. «No puede representar a un partido que tiene en su ADN ser antifascista». Morera ha insistido en su tesis y ha rechazado que esto suponga una nueva crisis en su coalición.
La designación de Morera como senador ya supuso de nuevo otra brecha entre Compromís y sus socios de Iniciativa por el afán de los primeros en ocupar todos los puestos de representación tras la salida obligada de Mónica Oltra, acorralada por sus asuntos judiciales. Esta circunstancia, y otros factores, llevaron a la desaparición del Botánico. Compromís perdió dos escaños respecto a las anteriores elecciones.
El mal resultado invitaba a pensar en una vuelta de tuerca a esa nueva organización. El futuro abre, además, otros interrogantes acerca de qué será Compromís: ¿coalición, un único partido, el resultado de alguna escisión? No hay peor escenario para un partido que sentarse en el diván de la oposición. La ausencia de poder no sólo afecta a las cuentas sino también a la paz orgánica, establecida a la sombra del poder institucional.
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