Ferrer San Segundo entra en la quiniela del PP para liderar la Diputación de Valencia

Se trata de un debate aún lejano (depende de la combinación provincial de los resultados de las elecciones municipales de finales de mayo de 2023, un resultado final que no se conocerá hasta mediados de julio, ya en la Diputación de Valencia), el de liderar la corporación provincial, pero que nadie dude de que en los despachos de los grandes partidos hay asuntos que se rumian con tiempo.

El nombre de Ferrer San Segundo suena desde hace, al menos, un par de meses. La actual concejala del Ayuntamiento de Valencia, abogada, profesora universitaria, fue diputada autonómica en la anterior legislatura, y zanó su periplo por Les Corts como una de las más destacadas en el PP entre 2015 y 2019. Se fue junto a Catalá a dar la batalla por el Consistorio del Cap i Casal. Su paso a la política municipal fue contemplado con sorpresa y cierta incomprensión por parte de la dirección autonómica que entonces presidía Isabel Bonig.

La decisión de Ferrer San Segundo fue arriesgada, y la convirticó en una persona de la confianza personal y política de María José Catalá, la número dos del PP que lidera Carlos Mazón, que también preside la Diputación de Alicante.

Mompó y Catalá mantienen una relación correcta, en ocasiones hasta cordial. En cualquier caso, no proceden de similares espacios orgánicos en el PP, ni frecuentan los mismos entornos dentro de las diferentes familias populares. No juegan el mismo partido, ni en la misma liga ni siquiera el mismo deporte. No son rivales pero tampoco se han conjurado por motivo político alguno. Cada uno ha hecho la guerra por su cuenta. Conviven guardándose las distancias.

El ascenso a la secretaria general del PPCV por parte de Catalá se produjo cuando Mompó llevaba ya un año al frente de los populares en la provincia de Valencia. El ascenso del alcalde de Gabarda tuvo mucho que ver con los designios de Teodor García Egea y Pablo Casado. La idea era controlar el partido en la Comunitat cuando lo lideraba autonómicamente Isabel Bonig.

La renovación de la cúpula en Génova, la caída de Casado, ha mejorado la posición de Catalá de manera importante. La aspirante a la alcaldía de Valencia es muy próxima y querida por Esteban González Pons, vicesecretario nacional, eurodiputado y una de las personas de la máxima confianza de Alberto Núñez Feijóo, líder nacional del PP.

García Egea potenció la figura de los dirigentes provinciales con el fin de incrementar el control de Génova de un partido en el que latía una falta de convicción respecto al liderazgo de Casado. Aquella desconfianza explotó abruptamente y propició la llegada de Feijóo por una aclamación popular que rebajó de un plumazo la preponderancia de esos liderazgos en las provincias. Sin oposición interna y con las encuestas de cara, la figura de los presidentes provinciales pierde color. Así pues el ascendente de Mompó en el PP durante del último año ha ido decayendo al mismo ritmo que crece el de Catalá. La aparición en las quinielas para una posible presidencia de la Diputación de Valencia del nombre de María José Ferrer San Segundo se enmarca así en la posibilidad de refrendar el respaldo de Génova y Mazón a la figura de su potencial alcaldesa. Las elecciones, y el modo en que cada uno gane o pierda su particular batalla, terminará por definir quién puede ser qué en el PP.