Esteban González Pons: La fiesta puede continuar

Las palabras de González Pons simbolizaron lo que acabaría siendo el principio del fin de la fiesta en la que se había instalado el PP valenciano, hasta ese momento hegemónico en términos electorales en la Comunitat, y arrastrado después por un tsunami de investigaciones judiciales que le acabaron llevando a la oposición. Este fin de semana, el presidente del comité organizador del congreso extraordinario que proclama a Alberto Núñez Feijóo como nuevo líder nacional, ve reforzada su posición en el partido.

González Pons se convierte en el nuevo hombre fuerte del PP valenciano en la dirección nacional. El político de las mil caras, el conseller sandía -«verde por fuera y rojo por dentro», como él mismo llegó a definirse- recupera espacio en el centro del tablero político, por más que su labor institucional le mantenga en Bruselas. La política exterior, los fondos europeos, la gran estrategia son ya el objetivo de uno de los políticos intelectualmente más sólidos de los que han pasado por la política valenciana en los últimos 40 años -con permiso de Alejandro Font de Mora-.

Dialogante, capaz de navegar en las siempre procelosas aguas del PP valenciano, desde Camps a Zaplana, el único superviviente desde que Rita Barberá alcanzó la alcaldía, González Pons siempre ha sabido ser un verso suelto dentro de la lealtad al proyecto, exactamente igual que su mentor, Alberto Ruiz-Gallardón.

Impulsor del acuerdo sobre el valenciano en la AVL en 2004, capaz de comenzar su gestión como conseller de Educación con una reunión con el STEPV, promotor del decálogo de Ares sobre el valenciano, impulsor del Parque del Turia..., incapaz de dejar indiferente a nadie. Pero siempre con una sonrisa. Algunos de los que mejor le conocen remarcan que todo ello se ha producido sin una sola imputación a sus espaldas. Eso, y que no tiene horario.

Feijóo recupera así para la primera línea al veterano dirigente, actual vicepresidente del grupo popular europeo. En 'El viaje de Feijóo', el libro biográfico del dirigente gallego, ya se cuenta que González Pons iba a ser en 2018 su candidato a la secretaría general del partido. Feijóo decidió apartarse de una carrera en la que acabó imponiéndose Pablo Casado, pero dejó marcado quién era su hombre de confianza.

Ahora el dirigente gallego regresa y lo hace mostrando de nuevo la carta de su amigo valenciano. González Pons (57 años), exconseller del Gobierno valenciano con Francisco Camps, exvicesecretario del PP con Mariano Rajoy, en Bruselas desde 2014, pertenece a la misma generación de Feijóo (60 años), claramente alejada de la de Casado y García Egea. Representa por tanto el mismo perfil que el dirigente gallego. «Hemos cerrado la guardería, y ahora ponemos a un señor de 60 años», se concluye en el PPCV en alusión al presidente de la Xunta.

Ese perfil común tiene que ver con una forma de entender la política mucho más pausada, capaz de tender a los pactos, alejada de guillotinas y que pone en valor la experiencia. González Pons, como Feijóo, tiene experiencia en la gestión pública. Para el dirigente valenciano, orador de nivel -fue portavoz de su partido y también de los populares en el Senado-, escritor de éxito -tiene otro libro ya en el horno-, la política no es una batalla a sangre y fuego, sino mucho más una cuestión de estrategia en la que se mueve con la habilidad que le da su dilatada experiencia política, y también su capacidad para ser didáctico en sus exposiciones.

Como Feijóo, transmite aplomo cuando es necesario y contundencia cuando se requiere. Sabe ser incisivo, pero nunca supera la línea roja del desprecio. Ni con los adversarios, ni mucho menos con los compañeros. De hecho, en el PP valenciano se da por hecho que en ningún caso se conducirá con el nivel de desconsideración que en muchas ocasiones ha sufrido él mismo en primera persona. Él mismo, igual que la exlíder Isabel Bonig, representan la misma forma de entender la política que Feijóo.

Situar a González Pons como presidente del COC, junto al resto de anuncios realizados tras la reunión de Casado con los barones del partido, deja pistas del PP que el dirigente gallego puede estar pensando en perfilar. Cero enfrentamientos internos, integración de quienes hayan podido sentirse apartados... la vuelta al PP tradicional, el que trataba de ensanchar las bases, el que era capaz de mantener bajo un mismo paraguas a perfiles claramente liberales como el del eurodiputado valenciano, con otros de corte más conservador.