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A .g. r. / efe
Sábado, 20 de enero 2018, 15:14
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, pasa el día de hoy junto a su compañero en Castilla La Mancha, Emiliano García-Page. La visita del líder castellano a la Comunitat ha servido para exhibir una alianza de ambas autonomías frente al inmovilismo del Gobierno de Rajoy a la hora de cumplir su palabra y aplicar un nuevo modelo de financiación. 2017 fue el año que, en teoría, debió establecerse el nuevo sistema. Pero esto no se ha producido, han lamentado ambos líderes durante una comparecencia conjunta en el Palau de la Generalitat.
Los dos dirigentes firmaron un documento en el que se recogen algunas cuestiones en las que afirman compartir puntos de vista de cara a la negociación con el Ejecutivo. Por ejemplo, ambos subrayaron la necesidad de ser "leales" entre las comunidades, rechazar el dumping fiscal -ejercido fundamentalmente por Madrid- y proclamar que los niveles de deuda son consecuencia de la falta de ingresos y no de un dispendio generado desde las administraciones autonómicas. García-Page ha considerado que es el momento de esa unión de comunidades, más allá de la competitividad de otras épocas, ante un Gobierno central que permanece "cruzado de manos". El presidente manchego exigió la convocatoria de la Conferencia de Presidentes y fijar un modelo nuevo que blinde las competencias en Sanidad y Educación, citó.
No se evindeció el mismo entendimiento en la cuestión del pacto del agua, aunque ambos dirigentes mostraron su compromiso en avanzar en este delicado asunto. Son conocidas las posturas distantes en este particular y han advertido de la necesidad de un acuerdo nacional en el que lógicamente debería incluirse un pacto previo entre Comunidad Valenciana, Castilla y Murcia.
Puig ha insistido en que acordar posiciones dentro del debate de la financiación no es "ir contra nadie, sino a favor del sistema autonómico y de los ciudadanos", y ha criticado que el incumplimiento del Gobierno de cambiar el sistema en 2017 conlleva "un desgaste" en la confianza en las instituciones.
"Se trata de cumplir las leyes y la Constitución; existe el (artículo) 155, pero también el 156", ha manifestado Puig.
García-Page se ha mostrado "escéptico" ante un Gobierno "agarrotado", con el que las comunidades se han comportado de forma leal en el conflicto de Cataluña pero no pueden estar "permanentemente a la espera" para abordar el problema. "Ni Cataluña puede ser la excusa para Rajoy en la solución del problema", ha agregado.
"Nosotros nos hemos comportado con enorme lealtad en el conflicto de Cataluña y en la inestabilidad de un año sin gobierno", ha dicho el presidente castellanomanchego, para quien el año 2017 "se ha aprovechado muy mal y muy poco" para la financiación autonómica.
A su juicio, ahora comienza un ciclo distinto en el que es razonable que se empiecen a abordar los problemas desde una dinámica cooperadora" entre las autonomías, mientras que el presidente valenciano ha defendido una cooperación y una intercomunicación más efectiva entre las regiones.
Ambos dirigentes han destacado las relaciones entre ambas regiones, una cuestión que tratarán en una próxima reunión que celebrarán en Toledo sobre el desarrollo económico y el empleo.
En la Comunitat Valenciana residen 215.000 personas de Castilla-La Mancha y el 10 % de las ventas valencianas tienen como destino esta comunidad, el mismo porcentaje que las compras, según los datos ofrecidos por Puig.
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