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La Fiscalía Anticorrupción ha decidido no recurrir la absolución de José Luis Olivas, expresidente de la Generalitat valenciana, por su supuesta implicación en el caso ... Erial, la investigación a otro expresidente, en este caso, Eduardo Zaplana por una supuesta fortuna oculta en el extranjero procedente de comisiones. Durante el juicio se evidenció que el papel del expresidente había sido prácticamente testimonial y el mayor indicio era que una de las adjudicaciones bajo sospecha se firmó durante su breve mandato.
Sin embargo, la UCO no aportó más indicios delictivos contra el exdirigente popular. La sentencia será firme al no recurrir al Fiscalía al Tribunal Supremo.
No es esta la única buena noticia de los últimos meses en el ámbito judicial. El pasado mes de enero, la Audiencia Nacional absolvió a todos los acusados del último juicio por el caso Banco de Valencia, celebrado entre septiembre y diciembre del año pasado y que había sentado en el banquillo al consejo de administración de la entidad financiera –que fue intervenida por el Banco de España en 2011– al estar acusados de haber falseado las cuentas en dos ejercicios. Entre los acusados figuraba Olivas y otros responsables, como Domingo Parra.
El resultado de la sentencia del caso Erial también fue positivo para la que fuera secretaria personal de Zaplana, Mitsuoko Henríquez. El tribunal entendió que la mujer, de la máxima confianza del exdirigente popular, nunca supo qué había en los sobres que el fiduciario uruguayo le hacía llegar a través de un sistema de agentes cambistas, intermediarios que reciben y entregan cantidades en efectivo sin que el dinero se desplace físicamente de un país a otro. El fiduciario de Zaplana, cuyo testimonio fue validado por el tribunal de la Sección Cuarta, reveló que entregó cerca de dos millones de euros a la secretaria por orden del exministro.
El caso Erial se cerró con la condena a Zaplana y su asesor fiscal. El expresidente evitó su inmediato ingreso en prisión pese a que la Fiscalía sostenía que existía un elevado riesgo de fuga. El resto de su núcleo duro, su mano derecha en la Generalitat, Juan Francisco García, y su amigo de la infancia y testaferro, Joaquín Barceló, decidieron confesar antes del inicio de la vista. De esta forma, se beneficiaron de una rebaja de pena, pero arruinaron la estrategia de defensa de Zaplana. El resto de acusados, empresarios, abogados y amigos del expresidente, fueron también absueltos.
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