

Secciones
Servicios
Destacamos
redacción
Sábado, 18 de enero 2020, 23:02
Enrique Arnal, el todopoderoso exdirector financiero de Emarsa, puede convertirse en el segundo de los acusados por el fraude que entra en la cárcel de Picassent. El exdirectivo y su exmujer fueron condenados a dos años de prisión y a una multa de 3.240 euros como responsables de un delito de insolvencia punible (alzamiento de bienes).
Durante la investigación del expolio de la depuradora trataron de esconder bienes para no responder con ellos ante una hipotética condena en la pieza principal que, años más tarde, se hizo realidad (ocho años y medio de prisión). Por ejemplo, semanas después de la imputación vendieron una propiedad en Formentera. En ese primer fallo, además, debían abonar una responsabilidad civil de 230.000 euros que Arnal no ha cumplido. El pasado mes de diciembre ya se dictó una providencia en la que se le requería por segunda vez para que de manera voluntaria acudiera a la penitenciaría. Pero decidió recurrir la decisión.
La fiscalía no está dispuesta a aceptar más demoras y menos ante las sospechas de que el exdirectivo, en realidad, no quiere cumplir con su responsabilidad penal. Recientemente, solicitó poder viajar al extranjero a la Audiencia de Valencia, el órgano que enjuició el caso Emarsa y cuya sentencia todavía no es firme a la espera de que el Tribunal Supremo resuelva los recursos. Lo significativo de esa petición es que ocultó a la Sala que todavía tiene pendiente de cumplir esta condena por el alzamiento de bienes. Este hecho lleva al ministerio público a pensar que lo que pretende es marcharse.
Además de esa sospechosa circunstancia, Arnal no ha pagado su responsabilidad civil. Lleva años sin cumplir el calendario de pagos que presentó en su momento ni efectuar ningún acto que permita ver su voluntad de reparar el daño. Pretende aprovecharse de los otros condenados que sí van abonando el dinero que les corresponde. Arnal, en cambio, tan sólo trata de dilatar el procedimiento con continuos recursos para evitar la ejecución de la condena.
Arnal defendió en el juicio que se deshizo de sus participaciones en las empresas a favor de su hermano por las adicciones y depresiones que sufrió tras estallar el caso Emarsa y verse en el centro de la polémica. El juez no creyó esta versión y le condenó. Más tarde, en el juicio de la pieza principal, su expareja le acusó de ser el auténtico factótum económico del matrimonio y el que decidía qué hacer con las empresas. Incluso aseguró que le ocultó la compra de entradas para la F-1 a través de una de sus mercantiles. Siempre disfrutaron de un elevado tren de vida. "Mi marido era un 'friki' de la tecnología, era caprichoso, pero tenía un buen sueldo y unos padres espléndidos. Yo no podía sospechar nada", declaró su excompañera sentimental.
El caso Emarsa es el mayor escándalo de corrupción en la Comunitat Más de 23 millones de euros se desviaron con contratos ficticios y empresas pantalla en el tratamiento de lodos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.