Gloria Calero 'paga' su lealtad a Ábalos

Calero sustituye en el cargo a Josefina Bueno, nombrada consellera de Innovación y Universidades hace mes y medio y para quién el PSPV no estaba encontrando relevo en la Cámara Alta -se planteó el nombre del exconseller de Hacienda Vicent Soler, pero éste rechazó la oferta-.

La salida de Calero se venía barajando desde hace prácticamente un año. ¿El motivo? La exalcaldesa de Sagunto y exmiembro de la dirección federal del PSOE pertenece al grupo de dirigentes socialistas leales al exministro y exnúmero tres del PSOE, José Luis Ábalos.

La caída del exdirigente valenciano -Pedro Sánchez lo destituyó hace ahora un año del cargo por razones nunca explicadas- y las salidas de algunos de sus más estrechos colaboradores que se sucedieron con posterioridad, dieron pie a que se concluyera que Calero caería más pronto o más tarde.

De hecho, con la marcha de la ya exdelegada -el consejo de ministros lo hace oficial este lunes- la presencia en la primera línea política de referentes socialistas cercanos a a Ábalos queda reducida prácticamente a la nada.

El relevo de Calero se ha producido una semana después del batacazo socialista del 19J y de que tanto ese hecho como la dimisión de Mónica Oltra hayan agitado las aguas socialistas y el temor de la izquierda a no repetir mayoría en 2023. Puig negoció personalmente el relevo con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.

Con Calero deja el cargo, por tanto, uno de los últimos referentes socialistas fiel a Ábalos, una mujer comprometida, con una trayectoria política intachable, que siempre hizo de la eficacia y de la prudencia su bandera.

De manera que su acción política ha pasado por su participación en iniciativas vinculadas a las políticas de igualdad y a la cultura, además, obviamente, de las que correspondían al rechazo de la violencia de género, una lacra contra la que Calero está especialmente comprometida.

Sin salidas de tono, sin dejarse atraer por cantos de sirena -como sí ha ocurrido en otras ocasiones con inquilinos del Palau del Temple- Calero entendió que con dos gobiernos, el autonómico y el central, del mismo color político, la labor que le correspondía en ningún caso pasaba por asumir un protagonismo desmesurado.

Ni hizo eso, ni modificó su discurso cuando Ábalos -que fue quien la propuso para el cargo- abandonó sus responsabilidades. Siguió desarrollando su trabajo con eficacia, hasta el punto de que el propio Ximo Puig ha reconocido en más de una ocasión no tener ningún problema con ella.

Otra cosa es que, ante unas circunstancias políticas concretas, el Palau haya entendido que necesitaba promocionar a una persona en concreto, la concejal Pilar Bernabé, que es quien la sustituye. Este domingo, casualmente (o no), Puig acudió a la clausura del Campeonat de España de Esgrima en el Velódromo Luis Puig, una cita deportiva de las de perfil especializado a las que el jefe del Consell no suele acudir.

Calero es enfermera por la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia, especialista internacional de Economía Social y Gestión de Servicios Socio-Sanitarios por la Universidad Politécnica de Valencia. Inició su carrera profesional en esta disciplina en 1974, ocupando diversos cargos de gestión en el Hospital de Sagunto durante su trayectoria profesional, desde 2016 ocupó el puesto de Directora Enfermera del Departamento de Salud del Hospital de Sagunto dependiente de la Consellería de Sanitat Universal y Salut Pública.

La carrera en la primera línea política de Gloria Calero arranca en la legislatura 1995-1999 cuando fue concejala de Igualdad y Servicios Sociales con el socialista Manuel Girona como alcalde de Sagunto. Pero no fue hasta las elecciones de 2003 cuando se presentó como cabeza de lista del PSPV-PSOE, accedió a la Alcaldía de Sagunto tras un pacto con Esquerra Unida y el Bloc, puesto que ocuparía hasta 2007.

Durante su mandato como alcaldesa fue vocal de la Junta de Gobierno de la Federación Española de Municipios y Provincias, y entre los años 2000 y 2004 fue miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE dirigida por José Luis Rodríguez Zapatero.

Pese a su dilatada trayectoria política, a Calero no se le conoce un solo escándalo vinculado a su actividad política, ni en el ámbito municipal ni mucho menos ahora como delegada del Gobierno. Cierra una etapa de poco más de dos años en la que ha asumido exactamente la función que se le encomendó. Una mujer de partido, leal al PSOE y a Ábalos, que ahora será miembro de la Cámara Alta.