S. P.
VALENCIA.
Sábado, 7 de marzo 2020, 00:07
La financiación no será un asunto que se resuelva este año. Y ya veremos si se resolverá el que viene, o durante la legislatura, porque el Gobierno central parece querer tomárselo con calma. Por mucha prisa que tenga la Comunitat y otras autonomías infrafinanciadas. Y quizá llegue algún tipo de compensación para los valencianos, tal y como se les prometió a Compromís, pero de momento el Consell se va a acoger al FLA, el pájaro en mano, porque el nuevo modelo de reparto de fondos está en el aire, volando alto y lejos. Así lo ve, al menos, la vicepresidenta primera del Ejecutivo central, Carmen Calvo, que ayer enfrió los ánimos y rebajó expectativas de quien pudiera pensar que estaba todo, más o menos, encaminado. No hay camino.
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La vicepresidenta Calvo advirtió ayer de que la aprobación del nuevo modelo de financiación autonómica «requiere tiempo» porque no es un asunto «fácil».
«Hay criterios que hay que desbrozar previamente y muchos elementos que complican una salida justa y buena para todos», advirtió durante un coloquio del Foro Joly en Sevilla. En teoría, los documentos de los expertos, que deberían convertirse en la hoja de ruta para aplicar el nuevo modelo, ya habían dejado las cosas bastante claras. El Consell estaba esperanzado en eso, precisamente porque esos informes señalan que la situación de la Comunitat es insostenible. Sin embargo, el asunto de los «criterios» implica un componente menos técnico y más político, en función de si el Gobierno quiere, o no, que prevalezcan los factores demográficos, o los de envejecimiento, o los relacionados con la despoblación o las peculiaridades geográficas de cada región. Si esos «criterios» son debatibles, la creación del nuevo modelo se puede eternizar.
No obstante, Calvo recalcó que el Gobierno de España está dispuesto a tener un nuevo modelo de financiación «sí o sí», lo cual tampoco es decir demasiado. Es un sistema que perdió su vigencia hace ya seis años.
Compromís exhibió como un logro la promesa que le arrancó al PSOE durante la negociación para la investidura de Sánchez, que el Gobierno presentaría una propuestas de modelo para ser debatida antes de que llegase el otoño. Ocho meses. Hace unas semanas, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya advirtió de que no. Que sería en noviembre. Calvo ya introduce el factor «tiempo», tan relativo como abstracto.
Respecto a la preocupación que se ha mostrado por parte de varias regiones, especialmente las gobernadas por el PP, ante la posibilidad de que Cataluña obtenga «privilegios» que provoquen que el resto de regiones «se quede atrás», Calvo consideró que «eso es nacionalismo preventivo y no se entiende». La vicepresidenta subrayó que de los Presupuestos Generales del Estado se publica «hasta la última coma» y se pueden ver «los compromisos, las obligaciones y los repartos de las partidas».
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Sobre la ronda de contactos respecto a la cual se han mostrado proclives tanto el presidente andaluz, el popular Juanma Moreno, como el jefe del Consell, Ximo Puig, con el fin de abrir el debate sobre el modelo de financiación, la vicepresidenta se refirió a la actitud del dirigente de la Junta señalando que «yo no voy a decirle al señor Moreno lo que tiene que hacer, pero esa función le corresponde al Gobierno de España».
Calvo recordó, además, que el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) es el órgano de coordinación de esa materia y se ha reunido ya pese a que han pasado «dos meses escasos» desde que se constituyó el nuevo Gobierno. «Pero el señor Moreno es muy libre de entrar en contacto con otras comunidades autónomas ¡faltaría más!», añadió Calvo.
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Entre los dirigentes autonómicos con los que se quiere reunir Moreno está Puig, a quien también le interesa sumar fuerzas con Andalucía, por ser dos regiones en similar situación de infrafinanciación. Igualmente, la Junta pretende, como el Consell, que sea el criterio poblacional el que cobre el mayor protagonismo en el nuevo sistema. Entre las dos regiones, en la mesa de diálogo autonómico, Moreno y Puig representan a 13,5 millones de ciudadanos, casi el 30% de la población total del país.
El Consell aprobó ayer el acuerdo por el que la Comunitat solicitará la adhesión al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) de 2020, a la espera de que el Gobierno ponga en marcha el proceso de reforma del sistema de financiación.
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La vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, admitió que el FLA es el «mecanismo por el que el Gobierno de España nos cambia derechos por préstamos desde que el modelo de financiación caducó en 2014». El Consell insiste en esta idea de que se trata de unos fondos injustos. Los partidos del Botánico aspiran a que, hasta que no haya un nuevo modelo, el Gobierno central compense la infrafinanciación con una inyección de liquidez extra para la Comunitat. Sin embargo, esa inversión adicional aún está por concretarse, si es que alguna vez lo hace, por lo que el Consell se adhiere a este mecanismo, a la espera de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cumpla su compromiso de presentar un borrador de reforma del sistema.
Oltra ha destacado que este tipo de financiación es clave para incrementar las cifras de profesores en el sistema educativo, pagar la atención a personas en situación de dependencia, mejorar la sanidad pública o contratar más profesionales sanitarios, entre otras cosas.
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