Grau se estrena como recluso en la enfermería y Rubio, con otro encausado

A su llegada a Picassent, los cinco pasaron el trámite común a cualquier reo recién incorporado: fotografía y reseña de huellas dactilares para la ficha, además de la comprobación de posibles síntomas de contagio de coronavirus. Acabado ese procedimiento, ya bien entrada la madrugada, fueron repartidos por tres vías distintas.

El exvicealcalde de Valencia Alfonso Grau está apunto de cumplir 80 años y previsiblemente alcance esta señalada fecha en prisión. Tras una revisión médica, y por decisión del mando de incidencias, el político popular acabó en el módulo de Enfermería, considerado uno de los espacios más 'suaves' y tranquilos del espacio penitenciario.

Mientras, el exsubdelegado del Gobierno Rafa Rubio y los otros dos encarcelados, ambos empresarios, pasaron sus primeras horas en el módulo 13. Se trata de un espacio de la zona de Cumplimiento al que van los nuevos ingresos que tienen que guardar cuarentena por el protocolo de la pandemia. Allí hay unos cincuenta reclusos, pero ni Rubio ni los otros dos empresarios podrán de momento relacionarse en grandes grupos por su estado de aislamiento preventivo. De hecho, el exdelegado del Gobierno está de momento con la única compañía de uno de los empresarios encausados.

En cuanto a Mónica Montoro, también mujer de negocios, fue trasladada a uno de los módulos de la zona de mujeres en las horas que siguieron a su ingreso. Pero ya por la mañana se le incluyó en el protocolo de prevención de suicidios, que contempla la vigilancia de otra reclusa, lo que se conoce en el argot carcelario como preso 'sombra'. Su espacio es una celda acristalada que permite un mayor control.

Ni Grau ni Rubio ni el resto de nuevos presos de la operación eludieron las rutinas habituales de un domingo: despertador a las 9 para pasar recuento (hoy será a las 8 horas), desayuno consistente en chocolate con churros, paseos cortos por patios o una comida que ayer consistió en paella, ensaladilla rusa, rollitos de primavera y palitos de merluza. De nuevo por los protocolos contra la pandemia, se alimentaron en sus celdas y no en los comedores comunes.

A partir de hoy recibirán las visitas de educadores, psicólogos y trabajadores sociales. Tras estas primeras evaluaciones la dirección del centro fijará un destino definitivo para cuando concluya su cuarentena.