El histórico uniforme de Leonor, con sombrero ros y una pluma blanca

«Querida Leonor, recuerda que el compromiso que has asumido conlleva la mayor responsabilidad con España». Ese es el mensaje que Felipe VI lanzó a su hija en el que probablemente sea el momento más trascendente de su vida castrense. La Princesa Leonor ha jurado este sábado bandera en la Academia General de Militar de Zaragoza con el resto de compañeros cadetes y ante sus padres, los Reyes.

Leonor ha sido la primera de su promoción formada por más de 400 cadetes y lo ha hecho mientras que sus padres la contemplaban desde la tribuna. Al acercarse a la enseña nacional, se ha quitado el sombrero y ha besado la bandera. Portaba el arma reglamentaria y el uniforme que llevaba era el de etiqueta.

Un uniforme cuyo diseño data del siglo XIX, aunque actualmente la confección es más ligera que los paños que se utilizaban dos siglos atrás. El uniforme está compuesto por una guerrera azul con tirilla y hombreras doradas y cordón distintivo de gala, pantalón rojo con franja azul en los laterales y el sombrero, un ros español, al que le pone el remache final una pluma que, en el caso de la princesa, era de color rojo, al ser alumna de primer curso. El color blanco está reservado para los cadetes de segundo y tercer curso.

Este sombrero debe su nombre al General Ros de Olano que introdujo esta prenda en el uniforme del Ejército en el año 1855. Se trata de una variante del chacó, más alto por delante que por detrás y que se distingue por un penacho o plumero que adopta diferente color dependiendo de cada cuerpo.

Además de la vestimenta, Leonor portaba, al igual que el resto de cadetes, un sable recibido el pasado septiembre y que simboliza la obtención de su título de dama cadete, según la normativa.

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