![Las idas y venidas de Puig con Cataluña](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202012/06/media/cortadas/155934845--1968x1404.jpg)
![Las idas y venidas de Puig con Cataluña](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202012/06/media/cortadas/155934845--1968x1404.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Todos los caminos van a Roma. O en este caso, a Cataluña. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha descongelado las relaciones institucionales con la comunidad vecina después de más de tres años de idas y venidas. El proceso soberanista puso en cuarentena todo gesto o relación con los líderes catalanes, antaño aliados principales del Botánico en asuntos de tanto calado como las inversiones, la financiación o las infraestructuras, que con el procés acabaron distanciando a ambos ejecutivos, a pesar de que históricamente Cataluña y la Comunitat habían sido socios preferentes a nivel económico, comercial y estratégico.
Sin embargo, con la llegada de la alta velocidad a la Comunitat y el estallido del independentismo, la relación empresarial comenzó a tejerse con Madrid, en detrimento de la antigua alianza estratégica Mediterránea, cubierta de una pátina de construcción intelecutal y política que siempre ha generado rechazo a buena parte de la burguesía valenciana y el resquemor que produce el expansionismo que estamentos del nacionalismo catalán ha ido cultivando durante décadas. Esa dificultad en las comunicaciones terrestres, con el Corredor sin hacer y la velocidad de los ferrocarriles a medio gas es una metáfora de lo que ocurre también con las relaciones políticas.
Mayo 16 Puig visita el Palau de la Generalitat en Barcelona y se reúne con Puigdemont para pedir una alianza con Cataluña frente a Madrid.
Septiembre 16 Puigdemont devuelve la visita a Puig, en Valencia para asistir a un acto con empresarios.
Febrero 17 Se organiza una cumbre impulsada por el Institut Ignasi Villalonga con mesas redondas de territorios secesionistas como Escocia, Quebec y Flandes. Puig se acabó borrando del cartel con Puigdemont.
Marzo 17 Puig tacha de victimista la actitud de Cataluña, gran favorecida por los Presupuestos generales del Estado de nuevo.
Octubre 17 Referéndum ilegal en Cataluña. Se congela la relación con Cataluña. El presidente valenciano no volverá a tener relación institucional hasta la cita del pasado martes con Pere Aragonés.
Noviembre 17 Numerosos políticos catalanes entran en prisión por el 1-0. Puigdemont huye a Bruselas.
Septiembre 18 Puig vuelve a Cataluña para apoyar el Corredor Mediterráneo, en un acto con empresarios. Torra no acude al acto y genera malestar. Sí acude el presidente de Murcia.
21 junio 19 Puig dice en una entrevista en TV3 que le gustaría retomar ls relaciones con Cataluña. Torra le responde inmediatamente y le plantea una reunión.
22 junio 19 Puig contesta a Torra en una carta y le dice que sólo se verá con él si Cataluña recupera la normalidad democrática.
Octubre 19 Torra impulsa un manifiesto firmado por una decena de partidos nacionalistas catalanes, vascos, gallegos, baleares y valencianos que reclama el derecho de autodeterminación, también de la Comunitat.
Octubre 19 Puig de distancia de Torra y le exige que no incluya a la Comunitat en sus ansias soberanistas. Máxima tensión entre administraciones.
Septiembre 20 Torra, inhabilitado como president. Pere Aragonés, presidente en funciones.
Noviembre 20 Puig, en sintonía con la petición de ERC de armonizar los impuestos frente a Madrid.
Diciembre 20 Puig vuelve a Cataluña. Da una conferencia en la que pide una Commonwealth mediterránea frente al centralismo de Madrid y se reúne con Aragonés.
Y el punto de partida de la vuelta del presidente Puig a Cataluña es exactamente el mismo que cuando llegó a la Generalitat, hace ahora cinco años: la alianza común frente a un Madrid y a un centralismo que compite de tú a tú con el arco Mediterráneo. Con el sazonador que han puesto los independentistas catalanes a un momento de ofensiva ante la política fiscal de la capital, principal bastión del PP nacional y territorio de pruebas de las políticas de Pablo Casado. Con estos mimbres, Puig mira de nuevo hacia la comunidad del norte, donde el martes dio una conferencia ante el Cercle d'Economía en la que defendió una Commonwealth mediterránea con la que hacer frente a la «aspiradora» de Madrid, con un centralismo que todo lo absorbe, y abogó por una «España de españas» en la que la Comunitat y Cataluña van de la mano para reclamar fondos.
La visita, englobada dentro de la «normalidad democrática» de la que Presidencia ha querido revestirla, ha llegado en un momento en el que el independentismo vuelve a tener peso en Madrid, con el pacto de presupuestos, los indultos a los presos del procés están en la recámara, y sobrevuela una nueva campaña electoral en la comunidad vecina.
Puig ha quitado esta semana el frío a esa relación y ha vuelto a interlocutar con el presidente en funciones de Cataluña para repetir los mismos mantras que ya pronució con Carles Puigdemont en el Saló de Corts del Palau de la Generalitat, años antes de una travesía por el desierto catalana casi forzada por el referéndum, ahora recuperada.
Puigd
Carles Puigdemont llegó a la Generalitat de Cataluña apenas medio año después de que lo hiciera Puig y se convirtió en el primer president con el que el jefe del Consell entabló relación institucional, tras años de tiranteces con gobierno del PP. Puig se desplazó primero a Cataluña, en mayo de 2016, para visitar a su homólogo, aprovechando una conferencia, y avaló el derecho de los catalanes «a tomar libremente sus propias decisiones», aunque nunca ha avalado la deriva que después tomó el procés independentista. Apenas tres meses de su primer encuentro en Barcelona, el jefe del Consell recibió a Puigdemont en el Palau de la Generalitat en un acto bajo el paraguas del corredor, pero que se acabó tornando en una especie de homenaje de las principales instituciones valencianas, con paseo por Les Cors y promesas de reuniones cada seis meses. Un año después, el ambiente se fue caldeando en Cataluña y la tensión independentista comenzó a subir. Los primeros síntomas del repliegue de Puig se produjeron con la organización de una cumbre organizada en Valencia para dar fuelle al soberanismo de la que Puig se borró para evitar una ya incómoda foto con Puigdemont, junto con otros presidentes, y representantes de Escocia o Quebec, para hablar de procesos independentistas. Eso sucedio en marzo, y apenas medio año después se produjo el referéndum ilegal de independecia en Cataluña que supuso el fin de las relaciones entre ambas comunidades. Puig desautorizó la consulta el mismo día. Puigdemont acabó fugado y las relaciones rotas.
Torra
Quim Torra tomó el relevo del fugado Carles Puigdemont en mayo de 2018, en un momento en el que las relaciones de Cataluña ya estaban bloqueadas no sólo con la Comunitat sino con casi el total del conjunto de comunidades. Torra ahondó en el aislamiento institucional con numerosas salidas de tono. La primera, son su plante al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, al de Murcia, Fernando López Miras, y a una numerosa comitiva de empresarios de las tres regiones para defender el Corredor Mediterráneo en un acto en Barcelona. Una situación que molestó especialmente a Puig, que afeó la ausencia en un acto estratégico para todas las autonomías del arco mediterráneo. Puig siempre ha criticado que se dejara de lado la gestión política, monopolizada por el proceso secesionista. Las relaciones entre ambos fueron casi inexistentes durante un largo período, hasta que en junio de 2019, Puig, en una entrevista en TV3, levantó el veto a Torra y abogó por normalizar la relación entre ambos territorios. Un guante que el independentista no tardó en recoger y emplazó a Puig a una rápida reunión, en un momento en el que casi nadie quería hacerse la foto con el líder de Junts per Cat. Pero el presidente valenciano, consciente del momento, rechazó por carta la invitación y condicionó la cita a un cambio de actitud que nunca llegó. No sólo eso, sino que las relaciones entre ambos nunca han sido las mejores. El momento de máxima tensión se produjo cuando Torra incluyó a la Comunitat en su mapa secesionista, en un manifiesto. Puig ahí dijo basta.
Arago
Pere Aragonés tomó los mandos de la Generalitat el pasado mes de septiembre, después de que el Tribunal Supremo confirmara la condena de un año y medio de inhabilitación por un delito de desobediencia al entonces presidente de la Generalitat, Quim Torra, por desobedecer a la Junta Electoral Central al no retirar la pancarta sobre los presos y los lazos amarillos del Palau de la Generalitat durante el periodo electoral de abril de 2019. El político de Esquerra Republicana, hasta la fecha vicepresidente, ostenta desde entonces la presindencia en funciones, con un perfil más moderado que el de su antecesor, pero sin renunciar a la deriva secesionista que monopoliza la hoja de ruta de las instituciones catalanas. La visita de Ximo Puig, esta pasada semana a Barcelona no ha sido casual. Desde su entorno la enmarcan dentro de una política de deshielo comenzada desde el Gobierno central, y replicada ahora por el jefe del Consell. La visita, según personas cercanas al presidente, ayudar a descongelar la situación de aislamiento institucional de la Generalitat catalana y ayuda también al contexto global en el que ERC ha sido clave para desbloquear los presupuestos generales del Estado, a cambio de una armonización fiscal con la que Puig está de acuerdo. Además, desde el Consell creen que este paso los posiciona como un actor que tiene cosas que decir en España. Sin embargo, para la oposición, la cita representa una vuelta de Puig a las esencias. Un paso en falso que vuelve a acercar al presidente valenciano a una zona peligrosa que genera rechazo en la Comunitat.
Publicidad
Equipo de Pantallas, Leticia Aróstegui, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández y Mikel Labastida
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.