El Ikea del vicepresidente Dalmau

La gestión de Rubén Martínez Dalmau como vicepresidente segundo y conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática lleva camino de quedar eclipsada por las compras de muebles para su departamento. Entre que las principales decisiones adoptadas desde que llegó al cargo han tenido que ver con ajustes 'de partido', como la reciente salida de Àngela Ballester, y lo llamativo que resulta que en plena crisis sanitaria y económica del covid-19 reactive la compra de mobiliario de su departamento -con 78.000 euros de presupuesto de licitación-, Dalmau viene construyendo una trayectoria que no pasará a la historia por la trascendencia de sus medidas.

La adquisición de mobiliario en la que se encuentra enfrascado ahora su departamento se suma a la que llevó a cabo al poco de llegar al cargo, y de la que también informó este diario. Aquel concurso, adjudicado finalmente por poco menos de 30.000 euros, permitió al dirigente de Podemos ahorrarse la siempre desagradable circunstancia de tener que heredar los muebles de despacho de otro. Una silla de dirección, una mesa principal de despacho o una de reuniones para ocho personas lucen mucho más si son nuevas que si ya las ha utilizado alguien antes.

De modo que vicepresidencia se puso manos a la obra y adquirió muebles a estrenar. Más de medio centenar de sillas para visitas o reuniones, bloques de cajones en blanco y en cerezo, un mostrador, un sofá de tres plazas... Y mobiliario completo para el despacho del conseller y para los principales cargos de vicepresidencia.

La renovación se ha extendido ahora al resto del departamento, no fuera cosa que desde la subsecretaría o los directores generales pudieran cuestionar que los muebles nuevos fueran sólo para unos pocos -la casta, si utilizáramos el lenguaje de la formación que lidera Pablo Iglesias-.

Así que, pese a la pandemia, la crisis sanitaria, social y económica, los miles de muertos, la búsqueda de material sanitario y los hospitales de campaña aún por estrenar, vicepresidencia ha considerado oportuno reactivar esa segunda adquisición de mobiliario. Treinta mesas de oficina autónomas para la subsecretaría, con sus 30 bloques de cajones y sus 30 sillas de trabajo de oficina; cinco mesas más para la dirección general de Vivienda, otras siete para la de Emergencia Habitacional... más de 300 muebles en total -según se contabiliza en el pliego de prescripciones técnicas- para darle un buen lavado de cara al Palau de Pineda, sede de la vicepresidencia segunda. Con un presupuesto de licitación de 78.000 euros, la renovación del mobiliario se puede acabar situando por encima de los 100.000 euros. Una cifra estimable para una administración como la valenciana, cuya asfixia financiera debería recomendar una vigilancia al detalle de cada euro de gasto público.

El capricho de la renovación del mobiliario obtuvo este pasado miércoles la censura pública de PP y Cs. Ambas formaciones, aprovechando la diputación permanente, cuestionaron la decisión de reactivar la adquisición de muebles en plena pandemia. «Los muebles no salvan vidas», le afeó Mamen Peris (Cs). La defensa de Dalmau, el 'y tú más' al PP valenciano que no da justificación al gasto de miles de euros en muebles, y no en material sanitario. «Pensaba que reactivaba la compra de inmuebles. Pero no. Son muebles, los suyos, para su conselleria», bromeó Alfredo Castelló (PPCV). Dalmau acabó el debate y se marchó probablemente a su despacho, con muebles nuevos, claro.