Burguera
Domingo, 11 de febrero 2024, 01:27
La densidad del agua y el aceite es muy distinta, pero el motivo por el cual no mezclan tiene que ver con la polaridad. Cuestión de moleculas. El PP y Vox parece que combinan bien en el Consell. Está por ver si se trata de ... una disolución molecular, iónica o atómica, porque es cierto que la mezcla comienza a dar señales de tener un punto de inestabilidad. Puntualmente se van registrando incendios, por ahora controlados, perimetrados. Los últimos se han registrado esta semana con motivo de una campaña de Igualdad, 'Orgullo de Comunitat' sobre la diversidad, respecto a la que Vox quiso desmarcarse públicamente, y en relación a la puesta en marcha de un festival musical que frenó Presidencia.
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En el caso del 'Orgullo', se trata de la primera ocasión en que los voxistas, por boca del vicepresidente primero del Consell, Vicente Barrera, manifiestan sus discrepancias sin ser preguntados, expresada por iniciativa propia. En cualquier caso, los consellers socios del PP reconocen la autoridad de Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, que está ejerciendo de freno.
Que existen diferencias entre ambos partidos es evidente, pero que las quieran evidenciar es menos habitual. Hasta ahora, insólito. Fuentes populares y voxistas en el Consell admitieron su comodidad con la situación. Los encontronazos, mientras no sean más allá de eso, sirven a los dos partidos para hacer valer un perfil propio. La discordia pública de Barrera incluso fue celebrada y difundida en redes sociales por su líder nacional, Santiago Abascal, que jalea a su discrepante vicepresidente en el Consell presidido por el popular Mazón. Precisamente, el jefe del Consell, tampoco tuvo problema alguno en manifestar que respeta mucho las opiniones de Barrera pero que hará lo que considere conveniente.
La sangre no llega al río por ahora en ninguno de los casos que de manera periódico van surgiendo. La tensión política continúa controlada. La vicepresidenta segunda, Susana Camarero, recordó en Les Corts, ante las arremetidas de la izquierda valenciana, que en el Botánico las trifulcas eran de campeonato. Lo cierto es que durante el primer año los encontronazos, que los hubo, se mantenían controlados. Fue a partir de 2018 cuando la gestión de algunas consellerias comenzaron a ser víctimas de esos rifirrafes, y especialmente a partir de 2019, cuando el socialista Ximo Puig adelantó las elecciones, que los choques se multiplicaron y se incrementó su violencia verbal y política.
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JC. Ferriol Moya
Las relaciones de pareja de cara al público están muy condicionadas, precisamente, por esa exposición a la percepción de los demás. De ahí que existan supuestos amoríos entre músicos o entre actores, fabricados con el fin de generar mayor interés comercial. En el caso de PP y Vox, pueden seguir manteniendo el perfil de que están relativamente bien avenidos, si bien a las dos partes les interesa exhibir carácter para contentar a sus fans, militantes y simpatizantes. Fuentes de ambos partidos admiten que escenificar en ocasiones un choque es conveniente.
De este modo, ambos, populares y voxistas marcan perfil propio sin, por ahora, consecuencias reales de cara a la gestión, en lo que se refiere a un atasco en las decisiones. No obstante, en estas refriegas sí se han producido algunos rasguños, heridas que ya se verá si cicatrizan del todo bien y no dejan marca. O si se reabren
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Alberto Núñez Feijóo (líder nacional), Carlos Mazón (presidente de la Generalitat), Miguel Barrachina (portavoz del PP en Les Corts... La dirección de los populares salió en tromba para criticar unas declaraciones del diputado de Vox José María Llanos, cuyo nombre se perfilaba en caquel momento como conseller de Justica, en las que negó a mitad del pasado mes de junio (al día siguiente de firmarse el pacto de gobierno entre los dos partidos) la existencia de la violencia de género.
Llanos, número dos de la lista de Vox por Valencia en las elecciones autonómicas y portavoz adjunto en Les Corts la anterior legislatura, afirmó que «la violencia de género no existe, la violencia machista no existe» y defendió el concepto de «violencia intrafamiliar», que es el que figura en el acuerdo de gobierno entre PP y Vox. Llanos, finalmente, no fue conseller, pero se ha convertido en el poravoz del partido en Les Corts. Las diferencias sobre este asunto no se han resuelto. La presencia de Susana Camarero al frente de la Conselleria de Igualdad, consolida esas diferencias con los voxistas en materia de violencia de género. Posteriormente, la consellera de Justicia, la voxista Elisa Núñez, aseguró que desde su departamento se estaban planteando la continuidad de las tres oficinas especializadas de violencia de género, un cuestionamiento que desmitió el propio Mazón.
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El conseller de Agricultura, el voxista José Luis Aguirre, se estrenó en Les Corts durante una comparecencia a finales de septiembre durante la cual critico el «fanatismo climático» que suponía la «imposición» de la Agenda 2030 por parte de «las élites globalistas». Esa crítica suponía, de manera implícita, un reproche a as posiciones del PP, que defendió posteriormente la portavoz del Consell, Ruth Merino, al asegurar que el Gobierno valenciano «se cree la Agenda 2030», sin que ellos suponga formar parte de ninguna secta: «No pertenecemos a ninguna élite globalista». Y es que, según Merino, para el Consell, «el cambio climático existe» a pesar de que Aguirre haya mantenido sus discrepancias en ese punto.
En cualquier caso, si algún miembro de Vox en el Gobierno valenciano ha recibido alabanzas por parte de Mazón, ese es el conseller Aguirre, con el que el presidente de la Generalitat mantiene una buena sintonía.
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La Conselleria de Agricultura borró un mensaje en la cuenta institucional del departamento que dirige José Luis Aguirre donde a finales de agosto se utilizó las Normas del Puig para las comunicaciones institucionales. La reacción airada de la izquierda provocó el borrado del mensaje. Tanto Compromís como el PSPV criticaron posteriormente tanto a Aguirre como la defensa del conseller de Educación, José Antonio Rovira, del uso de las normas de la RACV («la AVL no tiene la verdad absoluta sobre el valenciano como no la tiene nadie. Cada uno utilice el valenciano que estime conveniente», indicó Rovira).
La propia AVL se revolvió contra las declaraciones de Rovira por considerar el cuestionamiento de sus competencias como «irresponsable». El presidente Mazón tomó las riendas del asunto, subrayó la legitimidad y autoridad de la AVL, con la que finalmente negoció la introducción de algunos términos y modificar los criterios lingüísticos. La secuencia, en este sentido, se suele repetir. Populares y voxistas chocan y finalmente es Mazón el que impone su jerarquía al frente del Consell.
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Sin disimulo y a las claras. Barrera convocó este martes a la prensa para hacer público su desacuerdo con la iniciativa 'Orgullo de Comunitat'. El vicepresidente habló por boca de «los consellers de Vox», de todos, para «desmarcarse» de la iniciativa.
Barrera advirtió que el apoyo a medidas para favorecer la diversidad y la protección del colectivo LGTBI es «comprar el marco ideológico de la izquierda». No obstante, recalcó que la discrepancia no iba más allá de eso, de alzar la voz. Voxistas y populares han centrado sus discrepancias en temas sociales (diversidad y violencia de género, principalmente), culturales y medioambientales. Sin embargo, en materia económica no se han detectado grietas.
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Durante este pasado jueves se anunció que el vicepresidente del Consell y conseller de Cultura, el voxista Vicente Barrera, iba a impulsar un nuevo certamen musical (denominado Festival Internacional de la Canción de España). Pocas horas más tarde, desde Presidencia se anunció que «finalmente» quedaba frenado el apoyo institucional para evitar posibles duplicidades con el Benidorm Fest.
«No somos, ni vamos a ser nunca, quienes pongamos en riesgo una situación de gobierno. Yo espero que otros tampoco, o sea que esa es la situación. No busquen ustedes situaciones de conflicto donde no las hay, y desde luego por nuestra parte, por parte de Vox, no deseamos que las haya», aclaró el presidente de Vox en la provincia de Valencia, Ignacio Gil-Lázaro, que negó la existencia de «conflictos»: «Cada uno de los dos partidos tenemos puntos de vista distintos en cuestiones muy concretas, pero lo que es evidente, la experiencia lo dice, no estoy yo sacando conclusiones extrañas, es la capacidad de entendimiento, de respeto mutuo, de cohesión y el sentido de la responsabilidad con la sociedad valenciana». Así pues, los incendios, por ahora, están controlados.
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