María Jesús Montero, esta semana en el Congreso. EFE

La infrafinanciación acentúa el maltrato fiscal que arrastra la Comunitat

Fedea sostiene que la falta de fondos provoca que la valenciana sea la única región 'pobre' que además aporta al Estado más de lo que recibe

JC. Ferriol Moya

Valencia

Viernes, 26 de julio 2024, 00:12

Un informe elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) que dirige el profesor Ángel de la Fuente y que se ha dado a conocer este jueves ratifica que la Comunitat Valenciana es la única autonomía que, pese a disponer de un PIB ... por habitante por debajo de la media de las CCAA, obtiene un saldo fiscal negativo, es decir, aporta más por vía de impuestos de lo que recibe por parte del Estado.

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El estudio, que lleva por título 'Las balanzas fiscales y algunas cuestiones relacionadas' detalla no sólo la situación de las CCAA en relación con la financiación autonómica que reciben del Estado, sino también estudios de balanzas fiscales realizados con datos de las comunidades autónomas españolas «utilizando un enfoque de carga-beneficio». Es decir, en él se muestra la relación entre el saldo fiscal por habitante de cada territorio y su PIB per cápita.

Y el resultado no puede ser más descorazonador para la Comunitat Valenciana. Porque lo que Fedea concluye es que la situación de la Comunitat Valenciana es única. Si lo que cabe considerar como lógico es que las regiones con mayor riqueza económica (un PIB por habitante superior a la media) sean las que más aporten a la caja común (el citado saldo fiscal), la Comunitat Valenciana se encuentra entre las CCAA 'más pobres', porque su PIB por habitante no llega a la media, y sin embargo, su saldo fiscal también es negativo, es decir, a porta más que recibe. «Resulta sorprendente la situación de Valencia, que presenta un saldo deficitario pese a situarse por debajo de la renta media por habitante», admite el profesor De la Fuente en su estudio, que utiliza los últimos datos publicados en el Sistema de Cuentas Públicas Territorializadas, de 2011.

«Resulta sorprendente la situación de Valencia, con un saldo deficitario pese estar por debajo de la renta media», señala Fedea

La situación lógica es la de la mayoría de las CCAA. Madrid, Cataluña y Baleares presentan un PIB por habitante superior a la media y una balanza fiscal negativa. Es decir, son ricas y también aportan más que reciben. Y en cambio, Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León, Murcia, Canarias, Galicia, Asturias, Cantabria y Murcia, tienen un PIB por habitante inferior a la media y un saldo fiscal positivo, porque formando parte del grupo de las CCAA más pobres, reciben más que aportan de la caja común.

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La otra situación inexplicable, como la de la Comunitat Valenciana pero al revés, es la de País Vasco y Navarra -las dos autonomías forales, además de Aragón y La Rioja, que están entre las autonomías más ricas en función de su PIB por habitante y sin embargo, reciben más de lo que aportan de la caja común. Es inexplicable, como el caso de la Comunitat Valenciana, pero justo al revés. La Comunitat Valenciana es pobre y aporta más que recibe, mientras esas cuatro regiones son ricas y reciben más de lo que aportan.

Fedea analiza en su informe la financiación por habitante de las CCAA y ratifica los datos ya conocidos por los valencianos. Es decir, que la Comunitat se encuentra a la cola en financiación per cápita con un índice sobre la media de 100, que no llega al 93. «Así, Valencia estaría en 92,4 en términos del índice de financiación relativa por habitante ajustado, mientras que Cantabria está en 119,6 sin que existan motivos comprensibles para ello. Disparidades de esta magnitud ayudan a entender los sorprendentes saldos fiscales de algunas comunidades», señala Fedea.

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La Comunitat se sitúa en un índice 92,4 de financiación por habitante, a más de siete puntos de la media 100

La entidad que dirige De la Fuente lamenta que «la ordenación de las comunidades autónomas en términos de recursos por habitante ajustado tras la aplicación del sistema de financiación autonómica (SFA) carece, además, de toda lógica». Y añade: No es que las regiones pobres, o las ricas, estén sistemáticamente bien o mal tratadas, sino que hay un poco de todo. De todo, pero que en el caso de la Comunitat Valenciana no altera su lastimosa situación de partida. «Extremadura pasa de la penúltima a la tercera posición, ganando once puestos en el ranking regional (de recursos por habitante ajustado), mientras que Madrid pierde nueve posiciones, Cataluña y Valencia ocho y Baleares seis».

Por lo tanto, «nuestro sistema de financiación regional viola sistemáticamente lo que en ocasiones se denomina el principio de ordinalidad, esto es, la muy razonable restricción que permite que el sistema reduzca (hasta cero, si así se desea) las diferencias de partida entre comunidades, pero exige que esto se haga sin alterar la ordenación de los territorios en recursos por habitante ajustado. Revertir esta situación, a la vez que se garantiza un reparto más igualitario, debería ser una de las prioridades de la próxima reforma y ayudaría a corregir algunos de los saldos atípicos», se concluye.

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