Interior reconoce la dificultad en el retorno de inmigrantes a sus países

Una política común con Europa y acuerdos con países de focos migratorios y de tránsito de inmigrantes. Es la apuesta del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ante el fenómeno migratorio y la ha expuesto esta tarde en Valencia, en el Club de Encuentro Manuel Broseta. El alto cargo del Gobierno admite que hay muchas dificultades en el retorno de inmigrantes a sus países de origen, si bien «se ha avanzado» gracias a acuerdos con Mauritania o Senegal.

Introducido por Amparo Matíes, presidenta del Club de Encuentro, Grande-Marlaska ha cifrado en 68 millones de personas las que han abandonado sus hogares en los últimos años por la desertización y ha citado también la Guerra de Siria como detonante. «El origen de las migraciones es tan antiguo como el ser humano. Es más correcto hablar de el efecto huida, que de efecto llamada», ha dicho en la víspera del Día Internacional de las Personas Migrantes.

Casi 60.000 inmigrantes han llegado por mar en España por mar, un 150% más que el año pasado. A corto, plazo, «nos espera un desafío. El 38% de los europeos consideran la inmigración como el mayor problema de la sociedad y esto augura xenofobia».

El salvamento, ha dicho, «es una obligación de todos los Estados. Desde 2006, la política migratoria es una política de Estado en España y la colaboración con los países focos de migración es fundamental. Debe haber contacto e identificación de problemas comunes». Ante «el efecto huida hace falta colaboración con con los países de origen y de tránsito y Marruecos es clave, pues se enfrenta a flujos migratorios más importantes».

Para Grande-Marlaska, «en un momento de ascenso de lo populismos, debemos tener una propuesta para convivir en paz. Europa debe diseñar una política común migratoria. Son muchos los obstáculos, pero el objetivo es el pacto mundial por una migración segura, regular y ordenada». Apela a «mecanismos de acción coordinada como los del comercio, el cambio climático o la justicia».

La inmigración, ha dicho, «es un fenómeno perenne y está en crecimiento, pero no debemos alarmarnos. Ningún país lo va a poder afrontar en solitario». En 2015, ha recordado, «hubo un éxodo comparable a la II Guerra Mundial, con más de 880.000 desplazados por la guerra de Siria». Hoy «es necesario ampliar acuerdos con países del norte de África y la lucha contra las redes de tráfico de seres humanos».

Grande-Marlaska admite que hay «dificultad para el retorno» y, en ocasiones, «falta eficacia, por eso trabajamos con acuerdos con otros países como Mauritania y Senegal en las tareas de reconocimiento de los retornados».

La inmigración, ha dicho, «es el mayor reto de Europa. La extrema derecha agita la inmigración por rédito electoral. El 'nosotros primero', puede socavar los valores europeos. España tiene dos millones de inmigrantes cotizando en la Seguridad y en un futuro necesitaremos dos millones de inmigrantes más para garantizar nuestro sistema». Ante la extrema derechas, ha recordado que el miedo «es combustible potente y hay quien quiere ganar con él. Hablar de humanidad no es dejar de hablar de control de fronteras o de seguridad. Lo que está en juego es el proyecto europeo de solidaridad».