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La intrahistoria de la compra del silencio de Jorge Rodríguez

José Muñoz, secretario del PSPV, recordó al expresidente durante una reunión en su chalé que el partido le ayudaría, aunque él ya tenía otro

A. Rallo

Valencia

Miércoles, 16 de agosto 2023

La negociación por el poder en la Diputación de Valencia ha sacado a la luz un delicado episodio del socialismo valenciano que resulta difícil reconstruir con certeza debido a la mezcla de intereses, el tiempo transcurrido y la especial implicación, emocional incluso, que afecta a ... los protagonistas de ambos bandos. Ens Uneix, el partido de Jorge Rodríguez, denunció la pasada semana que el partido trató de comprar su silencio, mejor dicho, la lealtad a unas siglas por parte del alcalde de Ontinyent.

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El también expresidente de la Diputación de Valencia alberga ahora un profundo odio a la dirigencia del PSPV por la presunta falta de apoyo. Otras fuentes, en cambio, achacan a Rodríguez deslealtad y una ausencia total de agradecimiento a lo que se hizo por él.

La reunión donde se produjo el controvertido ofrecimiento tuvo lugar el mismo día que se levanta el secreto del sumario del caso Alquería, la investigación por la colocación de directivos en la empresa Divalterra.

El PSPV sostiene que iban a costear al letrado, un exministro de Zapatero, mientras el alcalde acusa a su mano derecha de abandonarlo

Era mediados de abril de 2019, a un paso de las elecciones. La cita se produjo en el chalé del alcalde de Ontinyent ante un reducido grupo de personas. El secretario de organización, José Muñoz, lideró las conversaciones. Es él quien tranquilizó a Rodríguez y le aseguró que no tendría problemas económicos, que el partido le buscaría un trabajo. Todas las fuentes consultadas coinciden en que no se concretó dónde ni el sueldo. Alguna versión incluso rechaza que fuera un trabajo y aseguran que el ofrecimiento se limitó a un 'el partido te ayudará' y 'no te dejarán tirado'.

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Estos hechos recobraron actualidad durante la entrevista en À Punt de Natalia Enguix, la diputada de Ens Uneix. En aquel encuentro, que se produjo bien entrada la tarde, las principales webs valencianas reproducían algunas de las novedades del caso. Cierto que la apertura del sumario rebajó las expectativas mediáticas. El impacto del asunto judicial ya estaba, en parte, amortizado con la detención de los principales colaboradores.

Hay algunos momentos de tensión en aquella cita donde participan aproximadamente media docena de personas. El diputado Joan Sanchis, por ejemplo, se queja a Muñoz de que el partido les ha abandonado y que él ha colaborado desde su adolescencia con la organización socialista. También hay algún reproche a Ricard Gallego, el jefe de gabinete de Rodríguez. «Tú tienes gran parte de culpa de todo esto», le dijo Muñoz.

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La cita con el ofrecimiento del partido se produjo el mismo día que se levantó el secreto de sumario del caso Alquería

Allí se plantea el problema económico de Rodríguez por no presentarse a la Alcaldía. «Me quedo sin trabajo y no tengo paro», recuerdan algunos de los presentes. Fuentes conocedoras de la situación subrayan que por aquel entonces el PSPV ya había demostrado su preocupación con Rodríguez y subrayan como muestra de ese compromiso la apuesta por el letrado Antonio Camacho, el que fuera ministro de Interior con Zapatero. Esta asistencia letrada iba a correr a cargo del partido. Finalmente, el político abandonó la defensa y Rodríguez buscó otro letrado.

En esa reunión, a Rodríguez le aseguraron que esa noche, si finalmente renuncia a presentarse por el PSPV, le llamará Ximo Puig y José Luis Ábalos, el entonces todopoderoso secretario general, para agradecerle el gesto. Pero el expresidente de la Diputación rechazó esa especie de tutela y aseguró que, una vez fuera del partido, no quiere recibir indicaciones, consejos o recomendaciones de la dirigencia socialista.

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Al parecer, Ábalos había aceptado hasta ese momento que Rodríguez, una vez fuera de la Diputación, pudiera concurrir a las municipales porque existía una esperanza, fundamentada en ciertos datos, de que aquello quedaría en nada. Pero el ministro de Transportes cambia de criterio tras levantarse el secreto y comprobar que la presión mediática no iba a reducirse.

El PSPV se encontraba en ese momento atrapado entre su discurso oficial, de cero tolerancia contra la corrupción, y el convencimiento de que los hechos no eran delictivos. Pero en aquella situación no podían, según su análisis que hoy todavía se mantiene vigente, optar por otra vía. El entorno de Rodríguez sostiene que la organización sabía –añaden que incluso hay mensajes que lo confirman- que el entonces alcalde había montado otro partido. En cambio, la dirigencia del PSPV asegura que se enteraron posteriormente.

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En esta historia de amor-odio, hay un papel protagonista para Rebeca Torró, entonces mano derecha de Rodríguez, persona de su máxima confianza y hoy síndica del PSPV en Les Corts. Ens Uneix, durante la entrevista de Enguix, arremetió con dureza contra la dirigente. «Es la que menos tiene que hablar. A ella sí que la han comprado. Traicionó a su propio alcalde. Era su mano derecha y por eso le dieron un puesto en la secretaría autonómica», señaló.

Una fuente conocedora de la disputa y al margen de los dos bandos considera que Rodríguez ha sido «desagradecido» con ese trabajo previo de Torró en la negociación con Ábalos. Respecto a la traición, hay lecturas en ambos sentidos. El expresidente Rodríguez se sintió decepcionado con Torró porque fue la única, junto con Jaime Peris, que no siguió a su lado en los momentos de mayor incertidumbre de su carrera. Este hecho puede ser germen de un profundo rencor.

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También existen, no obstante, argumentos en el sentido contrario. Torró era del PSPV y no ha abandonado el partido socialista. Y respecto a que Puig la premió con una secretaria autonómica no se puede obviar que antes de este delicado episodio, la dirigente era directora general, es decir, contaba ya con un puesto de relevancia en la Generalitat.

Su nombramiento como síndica fue la excusa o el argumento –según las versiones– para romper la negociación de Rodríguez con el PSPV. La falta de confianza, según Ens Uneix. Pero la realidad es que toda esta historia está presidida por la desconfianza.

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