ARTURO CERVELLERA
Sábado, 29 de diciembre 2018
La izquierda valenciana siempre ha buscado mantener una buena relación con los dirigentes políticos de Cataluña y en infinidad de ocasiones no ha dudado en considerar la comunidad vecina como un ejemplo a seguir. En el comienzo de esta legislatura era bastante común que miembros del Consell se reunieran con sus homólogos catalanes para pactar diferentes cuestiones pero conforme ha pasado el tiempo y el desafío secesionista ha seguido adelante fracturando la sociedad catalana, PSPV, Compromís y Podemos han decidido alejarse de los dirigentes independentistas y silenciar el debate catalán. Una situación que tiene lugar, paradójicamente, mientras se mantienen las ayudas a entidades afines que tratan de imponer el catalanismo.
Publicidad
Ximo Puig, presidente de la Generalitat, no dudaba en reunirse con el expresidente catalán Carles Puigdemont en 2016, una situación que hoy resulta impensable. En septiembre de ese año, cuando Puigdemont apenas llevaba unos meses en el cargo, el jefe del Consell decidió citarse con el dirigente independentista en Valencia.
El corredor mediterráneo fue el paraguas de un encuentro que no dudaron en calificar de «histórico» por parte de los dos presidentes, que insistieron en que la jornada servía para abrir «un nuevo marco de relaciones» entre las dos autonomías. Ese espacio compartido entre socialistas y convergentes continuó los meses siguientes y es durante este año cuando comienzan a sucederse las subvenciones a entidades catalanistas. Meses más tarde hubo otro cónclave en Barcelona entre los dos líderes mientras Puigdemont insistía en proseguir con su pulso al Estado y a la Constitución.
Si la relación del PSPV era buena entonces con los dirigentes catalanes, la de Compromís era notablemente mejor. Los nacionalistas del Bloc, partido mayoritario dentro de la coalición, han compartido candidatura con la antigua Convergencia en diferentes citas electorales. No es de extrañar que representantes como Vicent Marzà, conseller de Educación, defendiesen que la Comunitat Valenciana debía sumarse al proceso independentista poco antes de acceder al Ejecutivo autonómico. Cuando ocuparon cargos de relevancia en las consellerias estos comentarios ya no eran tan comunes pero los contactos con la comunidad vecina siguieron por parte de Marzà.
Una de las citas más destacadas fue en febrero de 2017 con sus homólogos de Cataluña y Baleares en una cumbre en la que firmaron un acuerdo que inauguró una «nueva etapa de relaciones para fortalecer los lazos históricos y culturales» y que se posicionaba contra las «políticas estatales lesivas para la lengua compartida». Ese mismo día, el conseller de Cultura participó junto a Enric Morera, presidente de Les Corts, en la entrega del Premio de Honor de las Letras Catalanas. Una gala organizada por Òmnium Cultural, una de las dos principales organizaciones civiles a favor de la independencia de Cataluña.
Publicidad
Estos fueron algunos de los hitos de los principales dirigentes de PSPV y Compromís, pero otros cargos del segundo escalón como el director general de política lingüística, Rubén Trenzano, también tuvieron durante estos dos primeros años de legislatura intensos y frecuentes contactos con dirigentes secesionistas.
Desde otras instituciones como la Diputación de Valencia o el Ayuntamiento de la capital no se han celebrado encuentros tan destacados con representantes independentistas, pero junto a la Generalitat se han sumado a las subvenciones a entidades catalanistas como Acció Cultural del País Valencià (ACPV), Escola Valenciana, Micalet o Ca Revolta, que fueron una constante durante los primeros dos años y les permitió ingresar 800.000 euros. Unas ayudas que son muy criticadas por los partidos de la oposición, que reclaman que se cierre el grifo a entidades afines al proceso separatista.
Publicidad
La buena relación comenzó a cambiar conforme se acercaba el referéndum independentista que tuvo lugar el 1 de octubre. Entonces, el PSPV decide descolgarse y evitar relacionarse con los dirigentes catalanes mientras abogaba por el diálogo entre las diferentes partes y comienza a respaldar la aplicación del artículo 155.
Compromís y Podemos, por su parte, tuvieron una posición mucho más crítica con el Gobierno de Mariano Rajoy y durante esos días de tensión sus dirigentes participaron en concentraciones para pedir la libertad de los líderes independentistas encarcelados. En Compromís, el Bloc firmó durante esos días una declaración «por el derecho a decidir» y la vicepresidenta Mónica Oltra emitió, junto al diputado Joan Baldoví, un comunicado conjunto en el que califica de «represión» la respuesta del Gobierno central ante la consulta soberanista. Por su parte, desde Podemos consideran la situación una «vergüenza democrática».
Publicidad
Pero una vez pasan los días y el debate catalán sigue trufando la escena política, determinados dirigentes de Compromís comienzan a mostrar cansancio. En especial, el sector integrado en Iniciativa del Poble Valencià, la formación de Oltra, que a través de la vicepresidenta, remarcó que estaban «hartos» del tema de Cataluña. Una posición en la que Podemos también se siente más cómodo. Sin embargo, dirigentes de Compromís siguen en ese momento comprometidos con la causa independentista y representantes como el exeurodiputado Jordi Sebastià y la parlamentaria Marta Sorlí acuden a la manifestación que impulsa Puigdemont en Bruselas. No dudan en fotografiarse rodeados de la bandera secesionista.
AÑO 2016 .
Septiembre Reunión Puig-Puigdemont en Valencia
AÑO 2017 .
Febrero Cumbre consellers Comunitat-Cataluña-Baleares.
Febrero Premios de entidad independentista en los que participa Morera.
Abril Reunión Puig-Puigdemont.
Septiembre Bloc firma declaración por el derecho a decidir. Manifestaciones por las detenciones en Cataluña. Sólo asisten Compromís y Podemos, el PSPV se distancia ya.
Noviembre Oltra, «muy harta» del tema de Cataluña.
Diciembre Jordi Sebastià y Marta Sorlí en la manifestación de Bruselas.
AÑO 2018 .
Enero Puig entrega el premio Broseta a Sociedad Civil Catalana con la ausencia de Compromís y Podemos.
Marzo Nuevas manifestaciones en Valencia a la que ya no acuden los referentes de Compromís ni de Podemos.
Mayo Puig evita reunirse con el nuevo presidente Torra y le invita al diálogo y a sumarse a grandes acuerdos. Oltra apuesta por el diálogo y no por el enfrentamiento.
Agosto Oltra dice que aún no ha oido decir a Torra nada «interesante».
Verano 18 Silencio y se evita el debate catalán ante la escalada de tensión. Solo versos sueltos del Bloc continúan las relaciones.
Noviembre 18 Compromís descarta la propuesta de Torra de una coalición para las elecciones europeas.
Diciembre 18 Puig pide que pare la escalada de violencia del Gobierno catalán.
En 2018, el desafío catalán pese a seguir siendo protagonista en la agenda estatal, desaparece del debate de la izquierda valenciana. La posición de los socialistas cambia. El presidente Ximo Puig incluso entrega el premio de la fundación Manuel Broseta a Sociedad Civil Catalana, la principal entidad catalana a favor de la unidad española. Un evento al que no asiste ningún integrante de Compromís y Podemos, que optan por permanecer en silencio.
Publicidad
Cuando Quim Torra es elegido presidente de la Generalitat de Cataluña Puig ya no se reúne con su homólogo y se limita a proponerle que se sume a grandes acuerdos como el sistema de financiación autonómico y que apueste por el diálogo. Esta tesis no tarda en asumirla Oltra, que califica de «buena noticia» el intento del presidente Pedro Sánchez de intentar restablecer las relaciones. Pero el desencanto no tarda en llegar a Compromís cuando se percatan que Torra pretende seguir los planes de Puigdemont y Oltra afirma en agosto de ese año que todavía no ha oído decir a Torra «nada que me interese». Unas declaraciones que evidencian ese distanciamiento.
Desde la vuelta del verano, el debate se ha intentado silenciar aún más y tan sólo determinados versos sueltos del ala más nacionalista de Compromís como Jordi Sebastià, que visitó la cárcel de Llenoders, han tratado con dirigentes independentistas. En noviembre, cuando Quim Torra propuso una coalición de «vascos, catalanes, valencianos, gallegos y mallorquines» para las elecciones europeas, Compromís ni siquiera se pensó la respuesta y rechazó de frente esta posibilidad.
Noticia Patrocinada
A raíz de esta controversia, la propia Oltra pidió a Torra que se «mantuviese en el plano de la vida real» y apostase por gestionar. Un punto fundamental que consideró que se ha dejado de lado en la comunidad autónoma vecina. Por su parte, el presidente Puig no deja estos días de pedir a los dirigentes independentistas que dejen de lado «la escalada verbal» que se ha producido tras los últimos desencuentros entre el ejecutivo autonómico y el nacional.
La izquierda valenciana es consciente que este es un asunto que les puede quitar votos en las elecciones. De ahí su esfuerzo en que no se les vea juntos ni salgan a la luz declaraciones que les puedan comprometer. Pero este distanciamiento tan patente durante los últimos meses no ha evitado un empuje significativo de las subvenciones a entidades afines, que han sido regadas con más de medio millón de euros en las últimas semanas y en toda la legislatura ya se acumulan algo más de 1,7 millones en subvenciones. Un dinero clave para el mantenimiento de estas organizaciones.
Publicidad
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.