![El agua de la piscina del PSPV](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/09/16/morantycomit.jpg)
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Pedro Sánchez ha ordenado congresos en el PSOE, y habrá congresos, faltaría. El federal, el que le reelegirá como secretario general, será el último fin de semana del próximo noviembre. Los demás, regionales (de País, en el caso del PSPV), provinciales y locales tienen fecha ... límite del 30 de junio de 2025. Así que se vienen congresos, y eso es garantía de ruido. No tanto en el ámbito federal, que se plegará a la voluntad del presidente del Gobierno y a la ejecutiva que decida confeccionar como guste, como en el resto. Sánchez ordena y manda, y con las excepciones de unos pocos barones –y ninguno de ellos se llama Diana Morant– su criterio es el único que vale en su partido. Así que Javier Lambán, Emiliano García Page o Juan Espadas pueden tentarse la ropa, porque Sánchez les tiene tomada la matrícula.
Morant no. La ministra puede estar tranquila, porque para eso ha hecho marca registrada del seguidismo del criterio del líder. Si hay que aceptar la amnistía, se acepta. Si hay que ver bien el cupo para Cataluña, pues se hace. Y si para no hablar de Venezuela hay que echar balones fuera con Grecia, pues se hace. Morant es el ejemplo, quizá el mejor ejemplo, del liderazgo que Sánchez quiere para sus federaciones, que es exactamente el que mejor se pliegue a su voluntad. Morant es la líder que quiere Sánchez, y nadie osará poner en cuestión esa circunstancia. Pasó en marzo en Benicàssim, y volverá a pasar si finalmente se impone la tesis de que sí, aquel congreso fue extraordinario y ahora toca hacer uno ordinario. Cosas de los estatutos.
¿Y la ejecutiva? A lo largo de este verano Morant ha coincidido y ha mantenido más de una conversación con su vicesecretario general, Carlos Fernández Bielsa. Contactos dirigidos a tratar de suavizar esa desconfianza mutua generada desde que Ferraz obligara al alcalde de Mislata a apartarse de la carrera por el liderazgo del partido, e intensificada con el creciente protagonismo de Jordi Mayor en el día a día del PSPV. El alcalde de Cullera, que pisó el freno cuando percibió que se estaba dejando ver demasiado deprisa, no ha dejado de mantener charlas y contactos con unos y otros con el objeto de comprobar eso que se suele definir con la gráfica expresión de «comprobar si la piscina tiene agua», y que obviamente hace referencia a que nadie toma la iniciativa si no ha hecho previamente los cálculos y observa que tiene posibilidades reales de éxito. A Mayor se le ha señalado como alternativa a Bielsa como líder provincial alentada por la propia dirección de Morant. Y el también diputado provincial quiere saber si está en condiciones de dar un paso de esa envergadura. Porque una cosa es apoyar a la candidata preferida por Sánchez para la secretaría general del PSPV –como hizo con Morant–, y otra muy distinta pelearse uno mismo con el líder provincial de Valencia, sabiendo que sí, que puede ser el preferido de la ministra, pero asumiendo que si los números al final no dan, habrá echado por la borda una trayectoria pública más que notable hasta la fecha. Por eso hay que saber primero si hay agua en la piscina. Bielsa arrastra el desgaste de no haber logrado presidir la Diputación, pero sigue siendo el líder provincial, el vicesecretario general y uno de los alcaldes socialistas con más tirón. No es fácil hacer que una pieza así se tambalee. A Bielsa, la oferta de seguir de vicesecretario general del PSPV a cambio de abandonar el liderazgo provincial no le convencerá. Y en una coyuntura política tan incierta para el PSOE como la actual, está por ver que el partido pueda soportar muchas más tensiones que las que el propio Sánchez considere como imprescindibles.
Castellón, y especialmente Alicante, también celebrarán sus congresos provinciales, una oportunidad para medir el nivel de apoyo de sus actuales secretarios generales. Alejandro Soler también sabe de la importancia de mantenerse al frente del liderazgo provincial. Otra cosa es si lo que está en juego es un puesto en la candidatura socialista para el día que toque convocar elecciones.
¿Y la ciudad de Valencia? Pues bien, gracias. La marcha de Sandra Gómez a Bruselas obliga a certificar un nuevo liderazgo local que, en lo que al grupo municipal se refiere, ya ha asumido Borja Sanjuán. Con la inestimable ayuda del portavoz socialista en Les Corts, José Muñoz, Sanjuán representa la determinación de 'los pelayos' por mantener el control del partido, y quien sabe si, llegado el momento, optar a la alcaldía. Para ese objetivo, disponer de la secretaría general sería un paso determinante.
Pero -porque siempre hay un 'pero'- el nombre de la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, siempre aparece como uno de los señalados. Y aunque la también dirigente del PSPV trata de borrarse de las quinielas de su partido, especialmente las que se refieren a la ciudad de Valencia, sabe perfectamente que su papel será exactamente el que decida la dirección federal del PSOE. Sanjuán y Bernabé son dos opciones sobre la mesa del PSPV del cap i casal, aunque en ningún caso hay que esperar un choque entre ambos, y sí en cambio una negociación.
Pero, más allá de los nombres, igual lo que el PSPV debería plantearse en la ciudad es si puede seguir proponiendo las mismas soluciones que en las elecciones de hace poco más de un año le dejaron en la oposición. No cambiar nada, más que al candidato, no parece garantía de éxito.
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