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JC. F. M.
Sábado, 2 de marzo 2019, 00:24
El PSPV arropa a su líder en la decisión de convocar elecciones autonómicas para el próximo 28 de abril. PP y Cs -ayer lo reiteró Toni Cantó- llevan meses reclamando ese adelanto electoral. La negativa a ese anticipo había venido de la mano de Compromís y Podemos, reacios a una medida para la que no encuentran justificación política que la sostenga.
Pero ese rechazo al adelanto de las elecciones puede haber comenzado a perder miembros. Ximo Puig se está empleando a fondo en las últimas horas para atraer hacia el sí al anticipo de los comicios a la formación morada. El secretario general de los socialistas valencianos, según fuentes de su entorno, habría mantenido contactos con miembros de la formación que lidera Pablo Iglesias dirigidos a convencer a Podemos de la oportunidad que supone el anticipo de elecciones. La formación morada, que a diferencia de Compromís no tiene en las elecciones municipales buena parte de su fortaleza electoral, habría mostrado su disposición a cambiar de criterio y apoyar la convocatoria para el 28 de abril.
¿Y entonces qué? Al margen de que Puig pasaría a disponer de un respaldo mayoritario para adoptar una decisión -que es competencia única y exclusiva suya-, dejaría en evidencia a los nacionalistas que encabeza Mónica Oltra, que pasarían a ser los únicos reacios a ese anticipo electoral. Y la falta de razones políticas para avanzar se convertiría en una falta de razones para no hacerlo.
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