A. RALLO
Miércoles, 3 de abril 2019, 00:36
A José María Corbín no le gustarán estas líneas, pero entiende de qué va el oficio. Durante años, antes de centrarse en exclusiva en la abogacía, se dedicó al periodismo. Empezó en Jornada, el diario que dirigía José Barberá, padre de la futura alcaldesa. De ahí pasó a Marca como corresponsal. Desde Mestalla, ya con el campo desierto, era de los últimos en enviar sus crónicas. Su vida ha estado marcada, sin duda, por la descomunal imagen de su cuñada. Las más de dos décadas de Rita Barberá al frente del Ayuntamiento le permitieron, según sus críticos, prosperar de manera poco creíble. De hecho, su despacho creció y pasó de una estrecha calle en el centro de Valencia, famosa por sus locales de alterne, a la zona noble, en Grabador Esteve.
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Corbín resulta altivo, coinciden incluso quienes tienen cierta amistad. Su incontinencia verbal le ha situado en el centro de la polémica, aunque nunca pareció preocuparle en exceso. Un ejemplo fue cuando, en plena vorágine por la investigación del blanqueo en el PP, soltó que si se entera de que su mujer ha dado 1.000 euros al partido, le da una paliza. La fiscalía de violencia de género abrió diligencias, pero se cerraron sin consecuencias.
La familia y él mismo han estado tradicionalmente vinculados a la falla Exposición y a la formación de extrema derecha Fuerza Nueva. Era habitual verlo en manifestaciones de esta naturaleza e incluso presumía de ello. Una anécdota resulta suficientemente clarificadora para determinar el alarde de su ideología. Corbín tenía un yate -se ignora si todavía lo mantiene- que bautizó como Dragon Rapide. Se trata del nombre del avión que utilizó Franco para desplazarse desde Las Palmas a Tetuán cuando se enteró de la sublevación militar. El aparato se conserva en el Museo del Ejército del Aire. Su hija, Rita Corbín, que se ha afiliado a Vox, sonaba como posible integrante de las listas municipales. La operación de ayer le cierra las puertas de la política.
Existían sospechas de que el despacho de Corbín había multiplicado su facturación a la sombra de los mandatos municipales de la entonces alcaldesa. Ese runrún se acrecentará tras la detención del letrado a primera hora de ayer. Corbín está casado con Asunción Barberá, mano derecha de la alcaldesa durante su etapa en el Consistorio. El nombre del letrado se ha visto salpicado por el caso Taula y su papel en determinadas empresas, como Laterne, la agencia afín al PP en 2007. En el blanqueo defiende a Mari Carmen García Fuster, la exsecretaria del Grupo Municipal que controlaba la caja B del PP. Es una incógnita si seguirá al frente de ese asunto. De momento, Corbín aguanta la compostura. Ayer entró con el pulgar en alto en su despacho.
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