Urgente El actor Gene Hackman y su mujer, hallados muertos en su casa de Nuevo México
Vicente Cotino, el empresario que dirige Sedesa. Efe/Manuel Bruque

El juez archiva diez años después la investigación a Vicente Cotino por una estafa a Bancaja en Hungría

El instructor descarta la existencia de delitos con los megaproyectos inmobiliarios y la construcción de un circuito de MotoGP en el país europeo

A. Rallo

Valencia

Jueves, 12 de diciembre 2024, 00:18

Apenas tres folios o por concretar un único párrafo, de complicada lectura, se ha convertido en el epílogo de una investigación de más de una ... década. Ese ha sido el final para la causa contra Vicente Cotino por supuestamente engañar a Bancaja para emprender megaproyectos urbanísticos en Hungría, país donde planteó incluso la construcción de un circuito automovilístico.

Publicidad

La causa, paralizada durante años, se ha archivado recientemente. De esta forma se cierra también la revisión judicial de una etapa política y económica de aparente esplendor, los días de vino y rosas de la política y la economía de la Comunitat.

Cotino se ha librado de este último problema judicial. Pero arrastra un negro currículum judicial tras las condenas por la financiación ilegal del PP de Valencia y la reciente confesión en el caso Erial al admitir que se pagaron comisiones a Eduardo Zaplana por el amaño de adjudicaciones públicas a favor de la empresa Sedesa.

El conocido empresario, sobrino del expresidente de Les Corts Juan Cotino, se asoció con la antigua Bancaja, empresa que se encargó de aportar la financiación necesaria para los proyectos.

En aquel país, Cotino contó con un socio local, Janos Kovacks. El empresario ejerció de enlace con el Gobierno húngaro, circunstancia que se antojaba clave para la buena marcha de los proyectos y que, además, era un requisito de la Ley. Él, de hecho, se encargaría de la compra de terrenos y luego, el propósito era transferirlos a Share Capital, la empresa creada para este fin y donde también era parte Bancaja.

Publicidad

La Fiscalía ya informó este verano de que no apreciaba indicios de delito. Cuatro meses más tarde, el titular de Instrucción 3 comparte la tesis del ministerio fiscal y archiva la causa porque la acusación particular (Bankia) no se ha pronunciado. Todavía disponen de plazo para recurrir el sobreseimiento. Se ignora cuál será su posición, pero todo apunta a que se mantendrán en silencio, y la decisión será firme en cuestión de días.

El auto del juez rechaza la existencia de una estafa desde el momento en que «tenían la idea previa de la adquisición de los terrenos y la ejecución del plan». Según el instructor, los proyectos y sus inicios «fueron reales y no ficticios».

Publicidad

El juzgado llega a esta conclusión, por ejemplo, a través de los informes de «prestigiosas consultorías internacionales». Resta valor a la existencia de diferentes tasaciones que en la denuncia inicial se consideraban indicios del engaño perpetrado. Existe un dosier, por ejemplo, que cifra el valor real de los terrenos en nueve millones cuando, en realidad, se pagaron ocho veces más.

Pero el instructor aporta otras claves como que las evaluaciones «fueron efectuadas en ocasiones diferentes, con consideraciones tan dispares como de suelo agrícola o de suelo industrial, y, por otra parte que una tasación se refiere a la totalidad mientras que la otra tan solo a un tercio...». De igual modo la entrada de Hungría en la Unión Europea y la crisis del sector inmobiliario lastraron el arranque del proyecto, siempre según el análisis del titular del juzgado.

Publicidad

La causa afectaba también a José Cortina y Tomás Rafael Codoñer, directores generales adjuntos de Bancaja, en la época de los hechos. Los empresarios planearon, además del circuito, viviendas, hoteles y proyectos industriales en las localidades de Sávoly, Paty, Adony y Zahony. Respecto al circuito se negoció incluso su inclusión en el calendario de Moto GP para las ediciones de 2009 y 2010. Nunca se hizo.

El banco sospechó que había existido una alianza entre Cotino y Kovacks, un plan oculto para únicamente conseguir el dinero de Bancaja y comprar los terrenos, pero con un plan de negocio ficticio. El perjuicio para Bankia, según un informe de KPMG, ascendió a 64 millones.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad