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BURGUERA
VALENCIA.
Lunes, 10 de agosto 2020, 23:19
El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) publicó ayer la salida de Bárbara López de la Dirección General de Modernización y Relaciones con la Administración de Justicia. A petición propia. Nada se sabe de quién la sustituirá. Tendrá una difícil papeleta en una de las áreas más volátiles del Consell desde que el pacto del Botánico permitió a la izquierda dirigir la Generalitat. El recambio de López será el cuarto en cinco años. La Dirección General del Sector Público se ha visto sometida a una cantidad similar de mudanzas, y es igualmente un área de gran gestión. Justicia afronta la salida de su directora general con los juzgados saturados. Si los tribunales ya sufren una desmesurada carga de trabajo habitualmente, el Covid y el parón generado por la pandemia aún los ha colapsado más. El sistema judicial comenzará el nuevo curso con más de 32.000 asuntos pendientes, tal y como adelantó LAS PROVINCIAS. Bárbara López cesa en un momento muy delicado. Con ella se va su persona de máxima confianza, Aurora Majuelos.
Desde la llegada del Botánico a la Generalitat, la conselleria que dirige Gabriela Bravo ha contado con tres directoras generales de Justicia, a la espera de la cuarta. Igualmente, ese área ha dispuesto de cinco personas en la Subdirección general de Infraestructuras y Mantenimiento de las Sedes Judiciales y otra media docena en la Subdirección general de Recursos materiales. Todo eso en cinco años.
La volatilidad actual en esa dirección general contrasta con la situación anterior. Durante la etapa del PP en el Consell, para registrarse el mismo número de directores generales, cuatro, hizo falta veinte años, la mitad que ahora. Sin entrar en la calidad de la gestión de unos y otros, contrasta la itinerancia política al frente de ese área en la comparativa entre los gobiernos populares y el Consell del Botánico.
En materia de juzgados, Bravo afronta un reto mayúsculo a causa del Covid, una situación de saturación ante la que la propia consellera ha mostrado su preocupación públicamente, incluso considerando que la actividad en los juzgados debía haberse anticipado lo máximo posible. Queda vacante una dirección general encargada de solucionar la falta de material en los tribunales (desde grapadoras a estanterías, pasando por el mantenimiento de servicios como el de fotocopiadoras), así como de organizar espacios y garantizar seguridad de todos en plena pandemia, con edificios dispersos y en mal estado de conservación, según recoge en la memoria del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJ) de 2019.
Quien sustituya a Bárbara López deberá dotar de herramientas a unos juzgados al límite. Se arrastran 12.000 del año pasado, cantidad a la que hay que sumar los cerca de 20.000 juicios que se han tenido que suspender durante la pandemia. El adiós de la directora general llega en el peor momento, si es que alguno es bueno teniendo en cuenta la situación de la Justicia. A pesar de que la conexión con la consellera Bravo fue buena durante años, López se ha ido «a petición propia» y «por motivos personales», según fuentes oficiales de Justicia. No obstante, hace un par de meses, cuando la conselleria afrontó la desescalada, se produjo un fuerte desencuentro con los sindicatos por considerarse que se actuó con falta de planificación.
Bárbara López sustituyó a otra López, Verónica. La etapa del Botánico la inició Àngels García Vidal, que fue sustituida en 2017 por la exdiputada autonómica Verónica López, momento en que la consellera aprovechó para dar salida también a Luis Felipe Martínez como subsecretario de Justicia, que fue sustituido por, precisamente, Bárbara López, que inició la legislatura al frente de una de las direcciones generales más volátiles del Gobierno valenciano.
Otra de las áreas con la silla igual de 'caliente' en el Botánico es Sector Público, que con el cambio de signo de la gobernanza en el Consell, en 2015, pasó a manos de Ángeles Cuenca, que fue sustituida por Empar Martínez, quien puso rumbo a la Dirección General de Industria y Energía poco tiempo después para que Juan Ángel Poyatos se convirtiera en director general. Duró seis meses. Fue sustituido por Isabel Castelló. Una rotación casi fulminante durante tres años y medio que Justicia iguala ahora.
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