Juzgan al exdirector de Vaersa por pagos sin contrato a un abogado, hermano de un exconseller del PSPV

Espinosa Bolaños, exdirector de Vaersa, se ha convertido, para su desgracia, en protagonista habitual de los juicios relacionados con la controvertida empresa pública, siempre en el ojo del huracán. Este jueves ha tenido que hacer frente a una acusación por prevaricación al autorizar el pago de cuantiosas facturas a Vicente Bru, el abogado externo de la empresa.

Se da la circunstancia de que el letrado es el hermano de Segundo Bru, el que fuera conseller socialista de la Generalitat en los departamentos de Industria y Economía en la etapa de Joan Lerma. Finalmente, en el banquillo de los acusados sólo se ha sentado Espinosa. La causa se ha archivado provisionalmente contra el abogado porque sufre un grave problema de salud. Se ignora si podrá ser juzgado en algún momento por estos hechos. La hipotética condena, para ambos, no pasa de una inhabilitación.

Espinosa tiene poco que perder. El exdirigente ha aceptado ya dos condenas de prevaricación -pero también ha logrado una absolución- por juicios relacionados con Vaersa, como el del pago de la productividad sin cobertura legal y la compra masiva de todoterrenos. Pero se justificó : «Lo hice por las presiones de la Fiscalía. Me dijeron que si no pactaba no podría volver a China». El acusado mantiene en el país asiático parte de su patrimonio y, al parecer, también negocios.

En esta tercera vista, sin embargo, no ha querido firmar una conformidad. Su declaración, no obstante, ha sido más bien esquiva. La facturación de Bru llama más la atención porque Vaersa disponía de un convenio con la Generalitat a través del cual la Abogacía podía encargarse de asuntos de la empresa. El coste económico de esta posibilidad era notablemente inferior, unos 3.000 euros al mes.

«No sabía que había un convenio, lo supe con posterioridad», se justificó en sala. Y una vez lo conoció, aseguró que en numerosas ocasiones no se podía aplicar por un conflicto de intereses con la Generalitat, que era demandada en numerosos procedimientos. Pero, además, «nadie» le «advirtió del convenio». Es cierto que el letrado ya trabajaba para la empresa pública con anterioridad al desembarco de Espinosa.

La Sindicatura de Comptes no dudó a reprochar a Vaersa durante varios ejercicios el gasto en los servicios externos de asesoramiento. Pero es que, además, todo esto se hacía sin contrato. «No era mi responsabilidad. Eso lo tenía que hacer el consejero delegado y el consejo de administración», trató de justificar ante la titular de Penal 15 de Valencia.

Sin embargo, Bru llegó a facturar casi 900.000 euros durante los ejercicios de 2008 a 2010. Unas cifras considerables para un servicio de este tipo y, además, con conceptos demasiado genéricos en la factura. «Daba por buena esas cantidades», indicó Espinosa. El director también desconocía que cada servicio que prestaba el abogado tenía que contar con la supervisión y coordinación de la Abogacía de la Generalitat.

El directivo mostró su confianza en que el trabajo de Bru se había completado porque entendía que si el otro departamento le pasaba las facturas para que él lo autorizara era porque el servicio había sido prestado. Nunca habló con el abogado de su relación laboral ni se mostró sorprendido por las abultadas cantidades que facturaba, comentó.

Enrique Simó sustituyó a Espinosa al frente de Vaersa. Una de las primeras medidas que adoptó el nuevo directivo fue terminar con la relación con Bru. Empezó entonces a aplicarse de manera efectiva el convenio con la Abogacía y sorprendentementre no se registró ningún problema, según indicó. De esta forma se consiguió reducir notablemente el gasto de la sociedad.

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