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BURGUERA
Jueves, 21 de abril 2022, 12:40
Les Corts parece un lugar aburrido, pero es sólo una apariencia. Pasan cosas realmente extrañas, casi sobrenaturales. Por un «problema técnico», según el presidente del ... parlamento valenciano, Enric Morera, se ha radiado durante cerca de cuatro minutos por toda la megafonía del hemiciclo de la Cámara (y a través de los sistemas de retransmisión de la señal del parlamento, que podía escucharse en Youtube perfectamente) una conversación privada telefónica. El acople, uno de esos «misterios de la técnica» que nadie alcanza a explicar, ha propiciado que se haya tenido que suspender el debate. La sesión de control al presidente Puig entraba en su fase final. Había comenzado muy crispada y estaba terminando con un tono suave y amable. Era el turno de Pilar Lima, la síndica de Podemos, uno de los partidos que sostiene al Consell, por lo que su tono hacia Puig no era demasiado crítico, sino más bien reflexivo... hasta que ha aparecido el 'Efecto Poltergeist'. Una voz intrusa.
«Sí, sí, yo voy a las diez», decía una señora mientras hablaba Lima, que no se enteraba de lo que, en realidad, estaban oyendo todos los diputados. La síndica de Podemos es sorda. Cuando se lo han explicado ha ironizado con lo feliz que es por no tener que oír según qué cosas. «Es muy duro ser oyente», ha asegurado Lima. La portavoz podemista ha tenido que interrumpir su discurso. El presidente Morera ha pedido «un momento»... y ha bromeado con que quizá estaban siendo espiados por el Pegasus, el sistema de espionaje utilizado contra políticos independentistas catalanes.
La Cámara ya tuvo un problema con los sistemas electrónicos hace dos semanas. Tuvo que suspenderse el pleno cuando faltaban varias preguntas por hacerse. Esta vez se ha colado una llamada. Era personal, pero no parecía hablarse de temas comprometedores o excesivamente íntimos, afortunadamente. Quizá en el próximo pleno se podrá ver por las pantallas del hemiciclo algún vídeo interesante, pero esperemos que no demasiado. Nada es descartable en Les Corts.
El final del pleno, por tanto, ha sido de aurora boreal. La llamada no se detenía, el servicio de megafonía no parecía ser consciente de cuál era el problema, la voz de la mujer continuaba mientras las carcajadas se repartían por todas las bancadas de la Cámara. «¿Hola?», preguntaban al teléfono, y Morera respondía: «Hola». Jarana propia de días laborables entre festivos. Lima miraba a su alrededor divertida, pero sin poder continuar porque la llamada seguía. El presidente de Les Corts imploraba que alguien silenciase la conversación, radiada para todos y todas. La confusión era tremenda. Parecía el chiste televisivo de 'Martes y Trece'. En el parlamento sólo faltaba Encarna y las empanadillas de Móstoles.
Afortundamente para el decoro del poder Legislativo valenciano, la persona que hablaba por teléfono, supuestamente una empleada de Les Corts, ha terminado la llamada y, por fin, se ha podido retomar el debate. Lima ha terminado su pregunta al presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Quien diga que lo ha visto todo en esta vida pero no haya ido nunca a Les Corts, es que no ha visto nada.
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