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Uno de los primeros frentes abiertos sobre la mesa del virtual nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, es la relación de su partido con Vox. Los resultados de las autonómicas en Castilla y León podrían propiciar el acuerdo entre los dos partidos, ... por más que el líder de los populares en esa CCAA, Alfonso Fernández Mañueco, ha venido buscando alternativas para no tener que pactar el gobierno regional con la formación que lidera Santiago Abascal.
Hasta la fecha, la posición de Feijóo en relación con Vox venía marcada por la tirantez. El dirigente popular, igual que Isabel Díaz Ayuso, logró en su CCAA minimizar el impacto de la formación de derecha populista en sus respectivos comicios autonómicos. Y en su caso, a diferencia del de la presidenta madrileña, con un discurso pausado en las formas y en el fondo, en las antípodas del de Vox.
Se daba por hecho que, con el liderazgo de Feijóo, la distancia entre el PP y Vox se acrecentaría. Los populares reforzarían su perfil de centro y cederían a los de Abascal las posiciones de derecha más radical. La prioridad no sería el acuerdo con la formación de derecha populista, sino más bien una suerte de última opción.
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Este lunes, no obstante, Feijóo abrió la puerta a posibles acuerdos de su partido con Vox, al tiempo que rechazó que el PSOE y sus aliados nacionalistas, populistas, independentistas y Bildu puedan dar lecciones a su partido respecto a con quién pactar.
Ese escenario favorece la hoja de ruta de Carlos Mazón. Porque las opciones del líder del PP valenciano de recuperar para el centro derecha la hegemonía electoral en la Comunitat pasan por el acuerdo de su partido con la formación de Abascal.
En el escenario político de la Comunitat las opciones de llegar a acuerdos contemplan la repetición del tripartito de izquierdas que gobierna la Generalitat desde 2015 o, en su defecto, en acuerdo del resto de partidos con representación en Les Corts. A día de hoy, esa circunstancia afecta a PP; Cs y Vox, aunque las encuestas dejan más que en el aire la continuidad del partido naranja en el Parlamento regional.
De este modo, las opciones de los populares pasarían sí o sí por un acuerdo con el partido de derecha populista, siempre y cuando la suma de ambos alcance los 50 escaños que marcan la mayoría absoluta.
En todo caso, que Feijóo abra la puerta a acuerdos con el partido de Abascal, pensando también en que a él mismo no le quedará otro remedio si le dan los números en las elecciones generales, le facilita las cosas a Mazón para un eventual cambio de la hegemonía electoral en la Comunitat.
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