Las mil caras de Marcos Benavent, el arrepentido yonki del dinero

De concejal en Xàtiva a epicentro de una trama corrupta. Marcos Benavent, que se autodenominó en su día como 'el yonki del dinero', ha pasado en pocos años de un puesto como edil en un ayuntamiento a gestionar una empresa pública, Imelsa, desde la que se cometieron irregularidades que han desembocado con una condena de 7 años y 10 meses de prisión por los delitos de prevaricación, malversación y falsedad y blanqueo en la primera pieza del caso Imelsa, la de Thematica.

Cuentan que nació en Benigánim, hijo de abogado, pero cuando era pequeño su familia se trasladó a Xàtiva. Años después Benavent se cruzó allí con Alfonso Rus, eterno alcalde de la capital de La Costera y todopoderoso presidente provincial del PP de Valencia y de la Diputación. Estudió en un colegio privado y posteriormente en la Universitat de València. Se casó con Nina, Reina de la Fira e hija del empresario Mariano López Sancho, y conoció a notables 'populares' en la facultad.

En 1995 Benavent empezó como concejal de Juventud tras la victoria de Alfonso Rus en las elecciones municipales y después fue concejal de Feria y Fiestas, puesto que ocupó hasta 2003.

Benavent, tras dejar Xàtiva, se puso a trabajar en la Fundación Jaume II El Just y como asesor en la consejería de Cultura de Valencia, pero al mismo tiempo se convirtió en la mano en la sombra para que Rus ganase el Consejo Provincial del PP y, posteriormente, llegar a gobernar la Diputación de Valencia. Con una indudables «habilidades sociales», cuentan que se convirtió en conseguidor e intermediador entre políticos, funcionarios y empresarios y labró su fama de comisionista.

En 2007 Alfonso Rus, tras acceder al cargo, le nombró gerente de Imelsa, una empresa pública creada para gestionar actividades forestales.

Desde Imelsa se tejió una red que, según ha considerado probado la sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia, amañó contratos en varias administraciones públicas valencianas. Se trataba de una trama de corrupción infiltrada, cuyos integrantes se servían supuestamente de sus puestos de responsabilidad y de su potestad en materia de contrataciones para percibir comisiones ilegales a cambio de adjudicaciones fraudulentas.

En concreto, se acusaba al exgerente Marcos Benavent de crear una empresa pantalla, Berceo Mantenimientos, que facturaba a otras cinco mercantiles que a su vez cobraban a Imelsa por trabajos que presumiblemente no se realizaban. De ahí se habrían desviado diferentes comisiones, perjudicando a las arcas públicas.

En julio de 2014 la vida de Benavent cambió cuando Esquerra Unida presentó una denuncia por las supuestas irregularidades en Imelsa, en enero de 1015 Benavent dejó se ser el gerente y el 26 de enero de 2016, una operación coordinada con la Fiscalía y con la UCO, la operación Taula, se saldó con 24 detenidos.

A los pocos meses se hicieron públicas unas grabaciones en las que presuntamente se podía escuchar a Alfonso Rus contando billetes del cobro de comisiones, extremo que éste negaba. En concreto, se oía como supuestamente decía: «Uno, dos, 2.000, 3.000... y 12.000 euros. Dos millones de pelas«.

El exgerente de Imelsa huyó de España cuando conoció el inicio de la investigación secreta contra la trama supuestamente liderada por Alfonso Rus. Estuvo en el Amazonas, en Japón y en Holanda, pero regresó meses después, arrepentido de su corrupción y también disfrazado de «yonki del dinero».

Un día después de las elecciones municipales, el 25 de mayo, apareció a las puertas del juzgado de instrucción número 6 de Valencia con un look muy diferente al que le llevó a la cima de la política. Allí, vestido con Anunció su intención de colaborar para denunciar la corrupción de unos y otros: el exgerente guardó 10 horas de conversaciones diez horas de grabaciones y aportó numerosa documentación tras advertir de que iba a hacer «mucho daño» y confesar que era «un yonqui del dinero».

Este supuesto cobro de comisiones, en este caso durante los años 2005 y 2006 vinculadas con la Mostra de Valencia, también salpicó a la entonces concejala de Cultura en el Ayuntamiento de Valencia con el anterior gobierno municipal 'popular' María José Alcón. Estas grabaciones provocaron que el PP le suspendiera de militancia.

Desde entonces fue cambiando sus versiones cada vez que se ponía delante de un juez e involucró a toda la cúpula del PP valenciano. El exgerente del Imelsa se convirtió en un auténtico terremoto para el Partido Popular. Sus revelaciones supusieron la caída del expresidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, por el caso Imelsa. También ha lastrado la imagen del exdiputado autonómico David Serra, de Máximo Caturla e incluso del último presidente del PP de Valencia, Vicente Betoret, a quien acusa de cobrar comisiones. También salpicó al exministro y expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana y elevó el tiro hasta Francisco Camps. Incluso acusó a Mariano Rajoy de «estar al corriente» de la trama corrupta de Imelsa.

De recaudar dinero para el PP y para su propio bolsillo, de conducir coches de lujo y gestionar el reparto de comisiones en las sobremesas con manteles de tela, Benavent llegó incluso a trabajar en una residencia de ancianos, aunque por un motivo diferente: fue condenado a trabajos sociales tras ser cazado a 191 km/h en la AP-7.

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