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Burguera
Viernes, 26 de abril 2024, 16:09
Durante dos semanas, el exconseller y diputado autonómico de Compromís, Vicent Marzà, se debate entre la pronoia y la paranoia ante el proceso de primarias ... para elegir el candidato de Compromís que irá como número tres en la lista a las elecciones europeas de Sumar. Que Marzà quería ser eurodiputado se sabía desde muchos meses antes de que lo anunciase de manera oficial. Tuvo tiempo para hacer camino a su favor. Su problema es que genera filias, pero también fobias. Este sábado se sabrá el resultado de ese choque de afectos y desafectos, que también implica una demostración de apoyo y rechazo a la cúpula que actualmente lleva el timón de mando de Compromís, que no se sabe si toma rumbo a babor, a estribor, iza velas, las recoge, retira los remos o toca a boga de ariete.
En cuanto arrancó el periodo para las elecciones internas, sus más incondicionales salieron a darle su apoyo. La jerarquía orgánica de Més (el antiguo Bloc) se ha posicionado prácticamente al completo a favor de Marzà. Sin disimulos. Siendo el partido mayoritario y contando con ese respaldo, tanto personal como orgánico, es lógico instalarse en la pronoia, la creencia de que el mundo o las personas, en general, conspiran a favor de uno mismo. Sin embargo, Marzà no es un hombre que políticamente goce de esa suerte que ha acompañado a Sánchez de una manera ya casi mitológica. Unas veces sí, pero otras muchas, no. Sonrisas y lágrimas trufan su periplo en Compromís. Y su talante prudente y reservado le invitan a lo contrario de la pronoia, que es la paranoia, y no le falta razón.
La paranoia, en términos psiquiátricos, es un estado mental por el cual se sufren delirios de persecución o grandeza, desconfianza o sospecha injustificada hacia otras personas. Sin embargo, Marzà tiene razones fundadas para pensar, en términos políticos, que son muchos los que conspiran en su contra. Ya se verá si los suficientes para dar un vuelco a las primarias que Compromís celebra hasta hoy y que enfrenta a dos candidatos. Marzà y el ex europarlamentario Jordi Sebastià.
El favorito es el exconseller, pero ¿hay partido? Según fuentes de Bloc i País, la corriente crítica y soberanista de Més, lo hay, porque no son sólo ellos los que votarán a favor de Sebastià. Porque Marzà concita muchos apoyos, pero también muchos rechazos. Sin ir más lejos y de manera hiperbólica, cuando se conoció que el exconseller se presentaba, el exsenador Carles Mulet publicó un mensaje en redes sociales: «si a més d'un pacte vergonyant impulses a ocupar el càrrec a la persona més nauseabunda possible, te votarà ta…«.
Mulet milita en Iniciativa, el partido que fundó Mónica Oltra, la otra pata principal en la que se apoya Compromís (cuenta con un tercer partido, Els Verds), y donde militantes de peso señalan: «Ambos tienen adhesiones y gente que los votará con convicción, pero Marzá tiene una cosa que Sebastià no tiene: muchos detractores y mucha gente en contra. Nadie está «contra» Sebastià. En cambio muchos están contra Marzà».
Un ex alto cargo en el Consell analiza la situación: «Iniciativa, aunque no lo diga expresamente, prefiere a Jordi». En el 'frente anti-Marzà' se situarían, por tanto, tanto los críticos de Més como un amplio abanico de Iniciativa, cada uno con sus razones… pero no sólo ellos. Ha surgido una tercera vía en el nacionalismo, encabezada por David González, quien rechaza pedir públicamente el voto para nadie en las primarias, al igual que también se opone a la alianza con Sumar porque «en el caso valenciano, sigo pensando que a la izquierda transformadora que representa Compromís le va la vida en reforzar un discurso territorial propio y diferenciado», por lo que presentarse en las listas de la plataforma de Yolanda Díaz «no va precisamente en esa dirección. Ni las tácticas cortoplacistas».
Un razonamiento similar al de González es el de BiP, desde donde se advierte que «con Sumar, ni a la esquina», se considera que «está todo orquestado» y se advierte que una parte de los apoyos que recibirá Marzà por parte de la dirigencia nacionalista obedece al deseo de perderle de vista.
En cualquier caso, Marzà cuenta con el favor de todo el aparataje del nacionalismo orgánico que ahora mismo lidera todos y cada uno de los puestos de Compromís con mayor visibilidad política, así como la estrategia política de la coalición.
«Marzà se ha configurado como un candidato oficialista 100 %, incluso más allá de su estricto sector. Solo Papi Robles y la agrupación de Valencia no le han dado apoyo explícito, aunque en cierto sentido, no son ya totalmente oficialistas. Amadeu Mezquida, su ideólogo y estratega, dimitió hace unos meses de la dirección de Més y de Compromís», explica una miembro de la Ejecutiva autonómica de la coalición.
Uno de los mensajes que los asesores y liberados de Compromís están difundiendo a través de las aplicaciones de mensajería en los grupos de Compromís durante los últimos días de la campaña de primarias es inequívoco. «Hola! Ja pots decidir l'ordre de la llista de Compromís al Parlament Europeu! Si vols que les reivindicacions valencianes formem part clau de la nova Europa que necessitem; si vols que Compromís tinga un equip treballador, valent i solvent per denunciar a Europa les barbaritats del govern de PP i VOX a la Generalitat i fer-los caure; Et suggerisc que confies en l'equip encapçalat per Vicent Marzà! Jo ho tinc claríssim».
Marzà dimitió como conseller en mayo de 2022 (e incluso aspiró a ser síndic de Compromís cuando amagó con una salida que su partido y Oltra frenaron en seco, en diciembre de 2021) y se fue a Les Corts alegando su deseo de «fortalecer» Compromís. La coalición ya debe estar fuerte como un roble, porque el exconseller pretende tomar las de Villadiego. Cinco años de retiro en Bruselas. A lo Puigdemont, pero sin órdenes de busca y captura.
Sin embargo, a pesar de su labor de «fortalecimiento», da la sensación de que los liderazgos en Compromís son tan débiles e inciertos que hay un deseo tan silencioso como notable de que Mónica Oltra finalmente se decida a retomar su actividad política tras archivarse la causa que propició su salida del Consell. Hoy se telemáticamente y este sábado, presencialmente. A las 14 horas se cierran las urnas. A lo largo de la tarde sabatina se verá si, en el caso de Marzà, vence la pronoia o la paranoia.
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