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Cualquier movimiento del presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, es seguido con atención en el PP valenciano. Ayer, el dirigente popular terció en el debate abierto en el seno del partido tras la decisión de Génova de apartar a Alfonso Alonso de la candidatura para las próximas elecciones vascas y designar en su lugar a Carlos Iturgaiz. Y lo hizo para hacer una encendida defensa del pacto entre PP y Ciudadanos, en el Pais Vasco y también en la Comunitat Valenciana. «Soy un clarísimo partidario de la suma con Ciudadanos», dijo. Esa posibilidad -la del acuerdo en el ámbito de la Comunitat- llegará «antes o después», porque se está «pidiendo», «si no soy un mal interprete», remachó.
Las palabras de Mazón se suman a las del alcalde de Alicante, Luis Barcala, que durante el pasado fin de semana también mostró su respaldo a la colaboración con el partido que encabeza Inés Arrimadas. Cierto es que tanto Barcala como Mazón mantienen acuerdos de gobierno con Cs en el Ayuntamiento de Alicante y en la Diputación provincial. Y también lo es que la dirección regional se ha mostrado tradicionalmente mucho menos partidaria de ese acercamiento, recelosa de la actitud mantenida por la formación naranja durante la pasada legislatura, con constantes idas y venidas respecto a su planteamiento frente al Botánico. Una entrevista con la presidenta regional, Isabel Bonig, publicada por ABC este fin de semana vino a ratificar ese criterio.
Mazón justificó su planteamiento de la conveniencia de iniciar un proceso de confluencia con Cs y señaló que no se trata de defender únicamente a los que te han votado en un momento concreto, sino de «ampliar la capacidad de atracción que tenemos que tener como partidos políticos hermanos, cercanos», proclamó sobre la posibilidad de replicar en la Comunitat lo que ha ocurrido en País Vasco.
Por ese motivo, el dirigente popular pidió «centrarse» en lo que une a ambas formaciones en «toda la Comunitat Valenciana y España» y planteó que todo depende de «lo generosos» que se pueda llegar a ser: «Cuando el fin está por encima del interés de un partido concreto, de un puesto de una silla concreta, por supuesto que es aplicable aquí».
Con todo, precisó que no se trata de algo que «toque esta semana, pero creo que es algo que llegará y hay que estar preparado para hablarlo con generosidad; merece la pena que avancemos en esa dirección».
Las palabras de Mazón, como las de Barcala sólo unas horas antes, hicieron evidente la apuesta decidida de un sector del PP valenciano por abordar un proceso de acercamiento a Ciudadanos. Un planteamiento que, pese a que en la Comunitat Valenciana no hay ninguna cita electoral a la vista, revela no sólo la complicidad con la dirección nacional -algunas fuentes populares plantearon ayer que las declaraciones de Barcala y el propio Mazón habían sido sugeridas desde la calle Génova-, sino también el matiz con la posición de la dirección regional.
Mazón remarcó que la «fragmentación» del centro derecha no ha favorecido ni la defensa de la Constitución ni la de otros muchos planteamientos que unen «a dos partidos políticos hermanos y cercanos». «Nunca he entendido que no haya altura de miras para sentarnos en una mesa y hablar de un espacio común para gran cantidad de gente que quiere más altura de miras», dijo.
Las palabras de Mazón, llamado a asumir el liderazgo provincial del PP alicantino cuando se convoque el congreso provincial y considerado como uno de los dirigentes valencianos más cercanos al secretario general, Teo García Egea, trascienden de la consideración de una opinión más respecto a lo ocurrido en el País Vasco.
La caída de Alonso de la candidatura de los populares en el País Vasco fue valorada ayer entre los dirigentes populares consultados por este diario como una prueba de que la calle Génova no tolerará voces discrepantes en planteamientos estratégicos como este. «El objetivo es sumar y ganar elecciones. Y el que se mueva no saldrá en la foto», se remachó. Otras fuentes se mostraron convencidas de que la voluntad de Bonig de ser candidata en las próximas elecciones autonómicas le llevará a aceptar cualquier planteamiento de Génova.
En el ámbito de la Comunitat, la relación de PP y Cs comienza a ser más estrecha. Durante la pasada legislatura, la de la irrupción del partido naranja en Les Corts tras la pérdida de la hegemonía electoral del PPCV en 2015, las posiciones de Cs estuvieron en ocasiones más cerca del Botánico que del propio PP. Toni Cantó, con su llegada al liderazgo de Ciudadanos, planteó una competición abierta con Bonig por el liderazgo de la oposición –en las autonómicas de 2019 el PP logró 19 escaños y Cs 18–.
Pero el batacazo de las generales del 10-N ha permitido resetear las relaciones entre ambos partidos que comienzan a mostrar sintonía en los principales debates parlamentarios.
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