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Medio millar de personas se ha concentrando durante la tarde-noche de este jueves frente a la sede del PSPV en Valencia en contra de la amnistía. La manifestación más numerosa en toda la semana. Gritos, pitos e insultos han trufado la concentración donde el «socialistas, terroristas» ha sido el cántico más empleado. La sede, no obstante, estaba cerrada, por lo que el esfuerzo ha sido un poco como predicar en el desierto. Sánchez no parece que tenga muy en cuenta las protestas ajenas en cuanto a sus intereses propios.
Al filo de la medianoche que va del miércoles a este jueves, el diputado nacional de Vox Carlos Flores Juberías publicó en las redes sociales un mensaje: «Este jueves 9 de noviembre los valencianos tenemos de nuevo una cita con la dignidad: a las 20.00 ante la sede del PSOE (Calle Hospital esq. Avenida del Oeste)». Desde el inicio de semana se preveía que este jueves habría una concentración numerosa ante la sede de los socialistas valencianos. Si a eso se suma el anuncio de que el pacto Sánchez-Puigdemont ha fructificado, no resultó una sorpresa ver la considerable afluencia que se registró en la zona.
Una hora antes ya había grupos de pie rondando por las inmediaciones de la sede del PSPV, dos señoras tomando cerveza con una bandera de España en la mano y muchachos fornidos con sudaderas deportivas. Frente a la puerta del partido, varias furgonetas de la Policía Nacional. Persianas bajadas. Media hora antes de la hora señalada por Flores, las banderas en forma de capa («Veteyasanchez» estaba impreso en una de ellas) eran ya una decena y las furgonetas policiales, media docena.
Un alto cargo del PP que vive a pocos metros de la sede del PSPV rodeaba la zona de la manifestación por temor a que le identificasen o que una foto con un encuadre desafortunado le asociase con los manifestantes. Algunos de ellos ocupaban las terrazas de las cafeterías y en ellas permanecieron incluso cuando protestaban. A las 20.40 horas llegó Flores Juberías. También se acercó el presidente de Lo Rat Penat, Josep Vicent Navarro, acompañado de un par de familiares. Sonó un «Viva España» y los primeros pitos.
Un «Pedro Sánchez, hijo de puta» poco secundado inicialmente, aunque se repitió varías veces y finalmente fue coreado con énfasis y como una sola voz por cientos de asistentes. También «Marlaska, maricón», «Puto rojo el que no bote, es», «Felipe, masón, defiende tu nación» han resonado repetidamente. Puigdemont ha sido interpelado para que vaya a prisión y al paredón. Se repartió cartelería tamaño folio con frases poco ambiguas: ««Felipe felpudo, defiende tu nación», «Prensa española, manipuladora».
Los diputados voxistas Gil Lázaro y Flores Juberías se situaron en una esquina de la primera fila, junto a diputados autonómicos y concejales como Juanma Badenas, teniente alcalde del Ayuntamiento de Valencia. Muy serios. Los voxistas se han retirado de la primera fila de la concentración a las 20.18 horas, si bien Flores Juberías ha merodeado por la zona saludando a unos y otros. El diputado, en declaraciones a las televisiones, ha lamentado el ataque sufrido por Alejo Vidal-Quadras.
«Puteros y golpistas, partido socialista» ha resonado en la zona reiteradamente, así como «Cataluña es española», pero sin olvidarse nunca de la figura del presidente del Gobierno en funciones por considerarle como «la puta de Marruecos». Hacia las 20.30 horas se ha producido un incidente entre la Policía y un grupo de manifestantes que ha generado indignación entre los convocados, que han comenzado a proferir reproches a los agentes («La Policía defiende la amnistía», o «Con los moros, no tenéis cojones»). Dirigentes de Vox han instado a mantener la calma. «Se va a liar, se va a liar», repetían varios asistentes. Cuando un grupo de agentes protegidos con casco se han posicionado en la retaguardia de la manifestación, las protestas se han acrecentado. La tensión se ha elevado sin que llegasen a producirse altercados. El grito de «Que te vote Txapote» ha servido para conciliar algunas discrepancias internas entre los manifestantes.
Hacia las 21.00 horas, aproximadamente, la mitad de la gente se ha ido tranquilamente mientras los que se quedaban les increpaban: «Venga, a por el hervidito». Comenzaba a refrescar y el termómetro bajó a unos 15 grados. Mal ambiente entre los manifestantes, que incluso se han cruzado reproches («da la cara, da la cara») cuando un amante de la pirotecnia pero no de la prensa libre ha lanzado un petardo hacia los medios de comunicación.
La manifestación se disolvió a las 21:30 horas. Todos a casa, también las televisiones. Era difícil discernir si los concentrados permanecían protestando porque estaban las cámaras de televisión o viceversa, si la prensa permanecía en el lugar por el aguante de algunos de los que protestaban. A pesar de que media docena de agentes se pertrecharon con escudos y material antidisturbios, finalmente no se produjo ninguna carga.
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