ALBERTO RALLO
VALENCIA.
Sábado, 19 de septiembre 2020, 00:27
Eusebio Monzó era ayer más feliz que hace una semana. Y sólo eso, en las circunstancias actuales, ya debería ser motivo de celebración. Su estado se debe a la desimputación en el caso de los contratos de la visita del papa a Valencia. Un «exceso» como calificó la Audiencia la interpretación que hizo la Fiscalía Anticorrupción. Monzó atiende la llamada de LAS PROVINCIAS pasadas las once de la mañana. «Desde las ocho que no paro de recibir WhatsApp felicitándome. Tengo muchísimos por contestar», se disculpa.
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-¿Qué es de su vida ahora que no está en política?
-Estoy en la universidad. Trabajo de administrativo en un departamento de innovación e investigación.
-¿Usted volvería o ya no le quedan ganas?
-(Bufff). No sé si volvería a la política, la verdad. Cuando se produjo la muerte de Rita Barberá y veía que la siguiente legislatura iba a estar con todo esto de la imputación de la visita del Papa, hablé con María José Catalá y decidimos que lo mejor era que me marchara. Me iban a machacar -dice, en referencia a la oposición-. Pienso que estando imputado no podía estar en ese puesto, era mejor dejarlo. Hoy por hoy sería difícil un regreso porque he sufrido mucho. El futuro, Dios dirá. Lo he pasado mal.
Abandonar un cargo público por una imputación no es una medida que defiendan todos los partidos políticos. Antecedentes de personas juzgadas y absueltas se cuentan por decenas en todas las formaciones.
-¿Ha notado desconfianza en su núcleo más cercano?
-Todo el mundo ha confiado siempre en mí. En eso estoy muy agradecido tanto al partido como a nivel personal. Saben que soy una persona honesta. Asunto diferente es la opinión pública. Una persona me llegó a insultar por la calle. Me llamó 'ladrón'. Ese es el problema, el estado que se genera. He de admitir que no reaccioné muy bien. Me acerqué a él y le contesté: «Si tu no me conoces».
-Respecto a esto que cuenta, suelo preguntar a otros investigados por sus hijos. El colegio puede ser muy cruel.
-Mire, de eso tengo una anécdota. Cuando me imputaron la primera vez, mi hijo tenía 15 años, vino y me contó que le habían dicho que su padre era un imputado. Me preguntó qué significa eso y si se tenían que pegar en la patio la próxima vez que se vieran (recuerda con humor). Pero sí, es un sufrimiento para toda mi familia. Por ejemplo, mi madre. Al vivir en un pueblo donde se conoce todo el mundo, siempre te sientes señalado. Pero hoy está pletórica. Ha ido a comprar el periódico y se lo ha enseñado a todos en la peluquería. Mira, es que ni con un millón de euros me pagan todo el calvario que he pasado.
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-Haciendo un repaso de su trayectoria, usted ha estado imputado dos veces, ha declarado como testigo en la F-1, fue el único concejal no investigado por el blanqueo y fue el antecesor de Ernesto Moreno en el Palau de les Arts...
-También estuve investigado por el centro de convenciones de Castellón, pero eso por suerte se resolvió en seis meses. Lo de los patrocinios de Aerocas todavía sigue en marcha, pero eso no me ha pesado tanto porque yo era miembro del consejo de administración. Lo que verdaderamente no comprendía era lo de la visita del Papa, me dolía especialmente lo que decía el fiscal de mi sobre la liquidación de la fundación. Es que todo cayó sobre mi. No lo entendía. Con todos los informes favorables. Todo el mundo lo sabe.
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-¿Se ha sentido perseguido?
-A nivel personal, no. No es que la jueza o el fiscal tuvieran algo contra mí. Eso no lo pienso. Lo que sí creo es que se debería tener más cuidado cuando se imputa a alguien con la repercusión enorme que eso tiene y el daño que generan. La presunción de inocencia ya no existe. Fíjese en lo que le ha pasado a mis compañeros del PP de Valencia.
-¿Cree que se han hinchado los caso de corrupción en la Comunitat?
-Pienso que ha habido un exceso de celo en la investigación de casos del PP. Y esto se ha aprovechado por algunos medios públicos, como Televisión Española, que se ha hecho eco para dañar la imagen del PP. Esto nos perjudica a nosotros, pero también a la ciudadanía. La gente ya no cree en la política. Piensa que está todo sucio.
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-¿A usted cuánto dinero le han costado estas acusaciones?
-Me ha costado sí. Pero como era secretario autonómico de Hacienda en el momento de estos hechos, voy a reclamar a la Generalitat que me cubran los gastos de mi defensa. (Existe una ley que así lo estipula).
-En este asunto, la Generalitat Valenciana también acusa.
-Sí, es algo que no logro entender. Es más, es que la Abogacía de la Generalitat en su día informó favorablemente a lo que hice. ¿Qué criterio tiene esto? Incluso me he planteado pedir daños y perjuicios por esto. Pero no quiero follones. Sólo hacer mi vida.
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