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La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, se ha encontrado esta mañana con la pregunta más inesperada de la legistatura. Y una de las más importantes, quizá, pues tenía que ver con algo que a las personas interesa y mucho, el sexo. De una manera extremadamente elegante e inteligente, un periodista le preguntó si ella consideraba que, en relación a una conversación entre Pablo Iglesias y el psicoanalista Jorge Alemán (donde el líder de Podemos afirma muy ufano que «los hombres feministas follan mejor«), si compartía ese tipo de afirmaciones.
Oltra contestó inicialmente que se trataba de una conversación informal para, a partir de ese momento, a pesar de que su equipo de comunicación le rogaba mediante señas que no continuase contestando para no pillarse los dedos, meterse en el complicado jardín del sexo y sus derivadas.
Derivadas porque Oltra citó a Aristóteles para recriminar a Iglesias que su comentario, pretendidamente feminista, lo único que hace es centrar el todo del sexo, su esencia, en lo que hace el hombre, como si su condición de feminista o de otra cosa fuese lo único importante en asuntos sexuales.
En resumidas cuentas, Oltra advirtió a Iglesias de que, en materia sexual, «el tamaño sí importa, pero no el de uno solo. En realidad, son los tamaños, como mínimo de los dos, lo que importa«, y que por eso, considerar una garantía de buen sexo la condición feminista o no de un hombre no es otra cosa que situar al hombre como el único protagonista de un asunto que es de dos, como mínimo. En este sentido, la vicepresidenta relativizó las bondades de ser feminista como garantías de otras bondades: «Los feministas no lo hacen todo mejor». Esa fue la respuesta de Oltra a la pregunta más inesperada de la legislatura.
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