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Ilustración: SR. GARCÍA

Morera abre el melón de los liderazgos en Compromís

Altos cargos de la coalición instan al abordaje de «un cambio de caras» ante el deseo del presidente de Les Corts de buscar acomodo con Ribó

Burguera .

Valencia

Lunes, 3 de mayo 2021, 01:08

En todos los equipos hay 'hooligans' en la grada. Unos son violentos y otros no, pero siempre hay fans. Y optimistas enfermizos. Compromís también cuenta con animadores que menean el árbol, le pegan la patada al avispero. Enric Morera, presidente de Les Corts, voluntaria o involuntariamente (más bien lo primero) ha abierto el melón de la renovación de liderazgos en Compromís. Lo mismo sale pepino o dulce.

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Morera dejó entrever hace diez días su deseo de participar en la próxima candidatura de Compromís al Ayuntamiento de Valencia. El síndic en Les Corts de la coalición, Fran Ferri, recordó el pasao martes la importancia de que los cargos se renueven, incluido el suyo. Lo dijo tras la Junta de Síndics del parlamento valenciano. A su lado estaba Juan Ponce, portavoz adjunto y dirigente de VerdsEquo. Ponce admitió que no se presentará a los comicios de 2023. Los estatutos de su partido no lo permiten. «Por lo menos en la cara verde, habrá renovación», comentó Ponce. Y Ferri, ya metido en el charco y preguntado si ese reemplazo debería afectar también a los consellers de Compromís (Mónica Oltra, Vicent Marzà y Rafa Climent llevan ahí desde 2015 y Mireia Mollà desde 2019), señaló: «Pues también podría ser, ¿por qué no?». Renovarse o morir, escribió Unamuno.

Mónica Oltra

  • Vicepresidenta del Consell El desgaste como consellera responsable de bienestar social podría empujarla a cuestionarse su futuro, aunque en la coalición le dan la última palabra, por quién es, quién ha sido y porque su capacidad de atraer votantes no tiene rival.

Enric Morera

  • Presidente de Les Corts Un histórico dirigente del Bloc que ve agotado su recorrido a nivel autonómico y busca destino. Se ofrece de comodín y complemento para la lista municipal de Compromís en Valencia. Juega la baza de contar con un perfil centrado y de ser una figura reconocible por la militancia.

Joan Ribó

  • Alcalde de Valencia Su edad abre incógnitas, pero nadie en Compromís osaría a cuestionarle el derecho y la ideoneidad de que repita en 2023, con 75 años, como candidato a revalidar la Alcaldía de Valencia. Un tercio de todos los votos municipales de Compromís en la Comunitat en 2019 fueron para la lista que él encabezó.

Mientras el PP, Ciudadanos y Podemos se encarzan, en el PSPV y Compromís los movimientos internos son menos perceptibles. Los actores principales bastante tienen con no morir en el intento de gestionar y los que aspiran a sucederles no pueden garantizar que ese pulso se produzca sin alterar un frágil equilibrio interno. En Compromís, la estabilidad se asocia a los actuales liderazgos. Si los que más mandan son, además, los carteles electorales, la sustitución en el mando supondrá un cambio en la oferta electoral. O sea, un riesgo. Fuentes vinculadas a la dirección de Compromís desoyen la posibilidad de establecer un límite de mandatos como Els Verds. No hay establecido un tope ni está previsto que lo haya. Es un tema que incomoda en la cúpula de la coalición porque implica a un ticket electoral, el de la vicepresidenta Mónica Oltra y el alcalde de Valencia, Joan Ribó. Son los motores electorales de arrastre de la formación econacionalista. Nadie se atreve en público (y casi ni en privado) a ponerles en duda. Nadie. Las personas, no. Sin embargo, quizá las circunstancias sí lo hacen.

En el caso de la vicepresidenta, a la erosión de una conselleria que desgasta tanto como la de bienestar social se suma su papel de 'poli malo' en el Consell, la única 'autoritas' de Compromís que pública y realmente le pone las peras a cuarto al PSPV, además del tremendo golpe personal que debe de suponer la condena por abusos sexuales a su exmarido. Sus circunstancias no son fáciles ni cómodas. Nacida en diciembre de 1969, tiene margen político y vital para seguir al frente de Compromís, donde le reconocen la última palabra en esa decisión. Oltra logró 439.459 votos el mismo día (28 de abril de hace dos años) en que sólo Joan Baldoví logró escaño para el Congreso, una candidatura nacional que obtuvo un 55% menos apoyos que la autonómica. Como para cuestionarle la última palabra.

¿Y El Alcalde (en Compromís no hay otro)?. Nadie en la coalición le niega ser el amo de su futuro y del número uno de la candidatura para el Ayuntamiento de Valencia. «Es mi candidato. Confío en que se presente», recalcó Morera cuando admitió su querencia por ir en la lista municipal. Lo que diga Ribó, será. El problema es que públicamente no lo dice. No quiere. Ono puede porque va día a dia. Joan Ribó Canut, que nació en 1947, se apuntó un tercio de todos los votos que Compromís logró en los más de 500 municipios de la Comunitat en las municipales de 2019.

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Diputado nacional

Joan Baldoví

Diez años en el Congreso le han dotado de una popularidad fuera de la Comunitat y del ámbito de sus propios simpatizantes, y esa virtud es única en Compromís más allá de Oltra. A pesar de pertenecer al Bloc, el político nacionalista es bien visto desde las filas de Iniciativa, el partido que lidera la vicepresidenta.

Conseller de Educación

Vicent Marzà

La gestión de la pandemia no ha erosionado su figura política. El poder orgánico del Bloc, el partido mayoritario en Compromís, está de su lado y deseando realzar su figura. Es joven, 38 años, y puede esperar mientras cultiva o un perfil menos circunscrito al ámbito local y más transversal en la izquierda valenciana.

Síndic en Les Corts

Fran Ferri

Admite que su intención es abandonar la portavocía de Compromís en el parlamento valenciano. En 2023 llevará ocho años como síndic. Su nombre sonó como posible conseller. Busca nuevos destinos políticos e incluso cambiar de aires, como sería el caso de hacer carrera en Madrid.

Esta atracción que genera Ribó y Oltra en comparación con el resto complica sobremanera una alternativa a sus liderazgos. No obstante, los factores que invitan a considerar otras opciones ganan fuerza. Por todo eso, los aspirantes se mueven.

Morera se ofrece como compañía del alcalde. Entrar en esa lista es su objetivo. Si es con Ribó de líder, mejor, pero si el alcalde decide no presentarse, Morera no le haría ascos. Si Ribó sigue, gana y pasados un par de años se va, Morera no le haría ascos, porque si los jóvenes piensan en él como un alcalde de transición, Morera no le haría ascos.

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Que Fran Ferri no quiera seguir al frente del grupo parlamentario de Compromís en Les Corts no significa que no quiera continuar en política. Quizá en el Ejcutivo. En su momento se barajó su nombre como conseller. O quizá en Madrid, ciudad que conoce y visita habitualmente. Para ello tendría que hacerle hueco Joan Baldoví, la cara de la coalición en la capital. Militante del Bloc, el diputado nacional es bien mirado desde Iniciativa, el partido que lidera Mónica Oltra. Ese punto de transversalidad de Baldoví le hace ganar enteros. Su presencia constante en la capital, ahora incluso en la campaña de las autonómicas madrileñas, en mítines junto a Errejón, también suma a un perfil que genera consenso interno y popularidad externa, más allá de la coalición y de la Comunitat. El perfil de Baldoví contrasta con el de Vicent Marzà, que, sin embargo, no es precisamente uno que pasa por ahí. El conseller de Educación evitaría pisar charcos hasta en un pantano. Marzà actúa con solvencia y evita meter (mucho)la pata. El PP se lo reconoce. Es un buen parlamentario, rocoso y cauto, y su entorno político domina el Bloc. O sea, Marzà lidera al partido mayoritario en Compromís. El conseller dispone, por tanto, de una notable influencia orgánica que pretende refrendar en el congreso del Bloc que se celebra dentro de dos meses. Marzà es joven (38 años). Podría esperar. O no.

La conversión de una coalición electoral en algo más, un horizonte sin plazos

Compromís está, orgánicamente, cogido con alfileres. Es una coalición electoral que vegeta entre comicio y comicio, se reúne, se pelea y decide todo en el último momento e improvisando. No saben qué serán de mayores, y van cumpliendo años.

A pesar de que una parte de los coaligados apostaron durante años por un proyecto común, una sola cosa, la idea no termina de cuajar. Ese artefacto único precisa de la conjunción de sus tres patas, Bloc, Iniciativa y Els Verds. La llegada al Consell en 2015 paralizó esa corriente. El peso cuantitativo del Bloc genera desconfiancia en Iniciativa, el partido de Oltra y el más afín a Ribó. Que las dos mayores bazas electorales de Compromís permanezcan del lado de Iniciativa anula el poder que deriva del mayor número de militantes con los que cuenta el Bloc. Así todo, la posibilidad de lograr una estabilidad orgánica pasa por encontrar una fórmula. Tanto Ribó como la propia Oltra, además de otros altos cargos como Fran Ferri, hablan del desarrollo de una federación.

Hasta la corriente soberanista del Bloc la pide, ya que Bloc i Pais (BiP) considera necesario reglar todo lo relativo a coaliciones con otros partidos. No obstante, fuentes de Iniciativa admiten que se trata de un deseo sin plazos de entrega. Desde BiP consideran que la dirección del Bloc está demasiado centrada en un congreso que la pandemia ha diluido, mientras deja en barbecho esa idea de la federación.

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