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Tras una etapa de incertidumbre personal que casi se zanja con su salida de la dirigencia de Les Corts, finalmente evitada gracias al capote que le echaron Ximo Puig y Mónica Oltra, el presidente del parlamento valenciano, Enric Morera, vuelve a sus esencias. El histórico dirigente nacionalista, un experto nadador entre aguas, fue el protagonista este lunes del Forum Europa Tribuna Mediterránea, en una conferencia en la que fue presentado por la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra. La líder de la coalición encumbró la figura del presidente de la Cámara, tanto en lo personal («buen marido, buen padre y un hombre bueno») como en lo político. Oltra apuntó que «Compromís no existiría sin Morera», un recordatorio nada banal después de aquellos días duros de inicio de legislatura para Morera y anticipando lo que vendrá los próximos meses: el Congreso del Bloc. En este sentido, el discurso del histórico dirigente nacionalista fue, como siempre, medido para no decir diciendo. Y es que, también lo recordó Oltra, Morera «sabe hablar pero también callar». Este lunes calló un poco y habló otro tanto. Lo que dijo, lo que silenció y a quién no citó, dejó entrever que el conseller de Educación, Vicent Marzà, marca un rumbo que a Morera no le convence.
Marzà lidera una corriente en el Bloc, fuertemente asentada en la dirección del partido, que aboga por hacer valer su mayoría en Compromís para que la coalición y los nacionalistas terminen siendo una sola cosa, para minimizar la influencia de Oltra y el papel de su partido y de Els Verds, para encaminar al nuevo Bloc por la senda de ERC y para cuestionar el sistema de cuotas de reserva a las minorías. Todo ello, además, subrayando y cuidando la figura del propio Marzà, su liderazgo. Es una ruta respecto a la cual Morera tiene serias dudas, tal y como dejó entrever ayer.
Morera se mostró como un firme partidario de que Compromís se convierta en una federación de partidos. Eso no es precisamente navegar hacia un único partido, la travesía propuesta por Marzà y el resto de jóvenes dirigentes del Bloc que sucedieron al presidente de Les Corts al frente de la formación nacionalista. Esa federación consolidaría el actual 'statu quo' de la coalición, algo del agrado de Oltra y del resto de Iniciativa del Poble Valencià, su partido, muy celoso de su independencia frente a los que prefieren que Compromís se convierta en un proyecto unitario. Federar supondría confirmar que las decisiones se tomen en la coalición, pero sin minusvalorar la voz de sus partidos, sin diluirlos.
El presidente de Les Corts hizo mención a la labor de Àgueda Micó al frente del Bloc, si bien reclamó que la militancia tenga más protagonismo, pues «hay que recuperar el trato directo con las bases». Mencionar ese viaje de vuelta implica, por tanto, un viaje de ida, es decir, un distanciamiento de los militantes generado, según se deduce del discurso de Morera, porque «la institucionalización nos puede alejar de la realidad», que fue lo siguiente que añadió Morera. El dirigente recordó que, durante los años en la oposición, con él y Oltra como referentes políticos de la coalición en Les Corts, «el éxito de Compromís se fundamentó en escuchar a mucha gente, sin hiperliderazgos. Es una herramienta política muy potente que hay mejorar y fortalecer».
Igualmente, frente al deseo de acentuar el perfil de izquierdas del Bloc, Morera hizo varios guiños a un tono más centrado. El presidente de la Cámara repasó la actuación del Botánico desde 2015 y recordó la necesidad de contar con una nueva financiación, algo que, recordó, tuvo su colofón en el «discurso más reivindicativo» hasta la fecha, que según Morera, lo pronunció Salvador Navarro, presidente de la patronal autonómica. Todo un mensaje de moderación.
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