El nacionalismo valenciano se hace un traje a medida con el Estatuto

A la celebración asistió todo el Consell; el presidente de Les Corts, Enric Morera; la delegada del Gobierno, Gloria Calero; los síndics de Greuges y Comptes, Ángel Luna y Vicent Cucarella y el presidente del Consell Valencià de Cultura, Santiago Grisolía. Diputados y cargos autonómicos del tripartito así como el alcalde de Valencia, Joan Ribó, feliz como un niño con zapatos nuevos en el acto presentado y organizado por Rosa Pérez Garijo, consellera de Transparencia y a la sazón líder de Esquerra Unida, formación que encabeza tras unas primarias en las que, precisamente utilizó el lema 'Continuem endavant, fent País', para seguir al frente de la coalición de izquierdas.

Esa circunstancia (es un lema que ha sido utilizado también por el independentismo catalán) podría vulnerar la ley de Publicidad Institucional, que en su artículo 5, dedicado a las prohibiciones, señala en el séptimo apartado que «toda la publicidad institucional estará libre de identificación partidista alguna, quedando prohibidos los puntos de similitud con la publicidad que lleve a cabo cualquier partido político para la propia imagen o la captación de afiliación».

Además, el Decreto 56/2016, del Consell, de 6 de mayo, por el que se aprueba el Código de Buen Gobierno de la Generalitat establece en su artículo 21 que «las personas sujetas a este Código procurarán que la publicidad institucional en el ámbito de la institución o entidad a la que pertenezcan esté libre de cualquier identificación partidista o de cualquier similitud con la publicidad que lleve a cabo cualquier partido político para la propia imagen o captación de afiliación».

«Es una expresión popular que usa mucha gente. No se ha utilizado con intención partidista. No hay colisión con la ley de publicidad institucional o con el código de buen gobierno porque 'fent país' se emplea en la calle, por parte de los políticos, las asociaciones o los sindicatos. Es una manera de expresar un deseo de avanzar», ha respondido Pérez Garijo, encargada de organizar un acto de hora y media en el que no ha faltado prácticamente ningún elemento de la iconografía clásica y moderna del nacionalismo valenciano.

La antigua sede de Correos en Valencia, adquirida por la Generalitat a cambio de 25 millones de euros para aún no se sabe qué («un juguetito del presidente», ha ironizado en privado uno de los más destacados miembros del tripartito), ha acogido el acto. El edificio sigue arrastrando el estigma de la infrautilización. Dada la altura de la sala y el tono del evento, faltó que una agrupación de castellers al ritmo de la Muixeranga hiciese una torre humana que llegase hasta el lucernario.

La consellera ha inaugurado el acto señalando el Estatut como un elemento propio de un modelo federal, algo en lo que posteriormente ha insistido el comisario de los eventos vinculados con el 40 aniversario, Joan Sifre, que también ha subrayado la importancia de fomentar los «principios del federalismo».

El único expresidente de la Generalitat presente en la sala, Joan Lerma, ha intervenido para recordar el espíritu transformador de la sociedad que contiene el Estatut. El eterno senador socialista lamentó el «tiempo perdido» entonces, 1982, por la resistencia del Gobierno presidido por la UCD antes de permitir que saliese adelante la carta magna de los valencianos. Como allí no había nadie de la antigua UCD ni de los partidos herederos, todos contentos.

Los discursos han ido intercalados con actuaciones musicales de Al Tall, que cerró su actuación con 'Tio Canya', la historia del señor valencianoparlante que acude a Valencia y «set vegades va fer cua, en presentar uns papers, per no saber expressar-se, en llengua de forasters». Sólo Gabriela Bravo, consellera de Administración Pública que se resiste a la exigencia de Compromís de implantar el requisito lingüístico, quizá podía darse por aludida. El resto de la platea estaba en su salsa, sin molestos miembros de la oposición (ni dirigentes de instituciones con ADN impuro, como el presidente de la Diputación de Alicante y líder del PP, Carlos Mazón), a los que pudiera rechinar el ambiente allí generado.

Bien es cierto que algunos invitados llegados de Alicante enarcaron cejas en algún momento, pero fueron instruidos rápidamente en las bondades de lo que allí sucedía. Y es que entre los asistentes se contaba con Josep Guia, el que fuera secretario general del Partit Socialista d'Alliberament Nacional dels Països Catalans (PSAN), sentado junto al exconseller Vicent Soler, pues ambos formaron parte del grupo de 'Los 10 de Alaquàs'. También actuó El Diluvi, grupo que también actuará este sábado en Alboraia en la primera Festa Pel Valencià, acto organizado por la Plataforma per la Llengua del País Valencià, que tiene sus raíces en Cataluña y que saltó a la primera línea de la actualidad por espiar en los patios de algunos colegios catalanes para comprobar en qué lengua se relacionaban los alumnos.

El acto lo cerró el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que fue quien realizó el discurso más centrado de todos, si bien es cierto que eso no es un enorme mérito a la vista de la inclinación a la izquierda de todo el acontecimiento. El dirigente socialista ha indicado que la Comunitat encara un tiempo «transformador» con el trabajo, la igualdad y la «sostenibilidad justa» como prioridades, un contexto en el que el autogobierno debe ser «gran palanca» de impulso, pero ha advertido que «de poco servirá el Estatut si funciona como retrovisor para contemplar un pasado añorado» o como «espejo para mirarnos en una imagen fija». Por contra, ha señalado que debe ser «una ventana para mirar más allá» y «decidir cómo queremos que sea, de aquí a 40 años, la Comunitat». Puig, en cualquier caso, ha tenido tiempo para comentar que del Estatut emana, entre otras obligaciones «a corto plazo», la de «superar todos los centralismos, que nunca son inteligentes se hagan donde se hagan», por ser «injustos, ineficientes y más propios del siglo XIX». Por ello, ha reclamado «más equidad en las inversiones y mayor descentralización». No obstante, ha puntualizado que la Comunitat no es una isla y, por ello, hay que «hacer país» reivindicando una «España de Españas más justa e integradora con las diversidades».

El evento ha concluido con el himno regional, en su versión instrumental, porque cantar lo de 'ofrenar noves glòries a Espanya' no les está permitido a numerosos de los allí presentes por prescripción facultativa.