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La calle Bretón de los Herreros está a 300 metros del domicilio de Camps, entre de la plaza de Tetuán y la de San Vicente Ferrer. Allí está Delgado Abogados, el despacho que ha defendido a Francisco Camps desde hace más de una década. Hasta ... allí se desplazó Camps acompañado por Pablo Delgado, su letrado. Allí le esperaba una docena de cámaras de televisión y decenas de periodistas, en un vial estrecho y relativamente tranquilo, que ayer estaba ya puntualmente abarrotado a las 13 horas, media hora antes de la hora prevista para una comparecencia de ambiente casi estival, por las temperaturas, cerca de 30 grados, y por una actualidad política más que candente, con niveles de irradiación nuclear tras la absolución de un Camps, que ha comenzado lamentado haber sido protagonista durante 15 años de una decena de procedimientos judiciales, ha agradecido el apoyo de familia, amigos y políticos que han estado a su lado y ha finalizado admitiendo su deseo de volver a la política. A la primera línea, y ha apuntado hacia el ámbito local por ser el lugar donde arrancó su carrera, además de mencionar («quiero tener un recuerdo especial») a Rita Barberá, «que siempre he llevado en mi corazón». Detrás, como fondo de las palabras de Camps, una pantalla con un vídeo de sus campañas y actuaciones al frente del Consell, con un mensaje final: «Gracias por confiar».
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El abogado de Camps comenzó señalando que la absolución «pone fin al caso Camps, a todo este caso que nunca debió haber empezado. Lleva 15 años perseguido por la Fiscalía».
«La sentencia es ejemplar y valiente en la desacreditación de la acusación», indicado Delgado, quien recuperó los casos en los que se ha implicado a su cliente (el circuito de la Fórmula 1, la visita del Papa, entre otros) y consideró que «el objetivo de todo esto era Francisco Camps. Un caso único en el ámbito nacional e internacional».
La expectación entre los periodistas era máxima. Los vecinos de la calle Bretón de los Herreros no podían abstraerse de una realidad tan bulliciosa. «¿Qué ha pasado?», fue una pregunta varias veces dirigida a los periodistas antes de empezar. Una señora con dos niñas, al enterarse del motivo de tanta prensa, repreguntó sobre Camps: «¿Y viene aquí? Pues lo veré desde la terraza».
Camps comenzó haciendo una retrospectiva «vengo desde casa hasta aquí, desde mi domicilio salí también en 2011 para anunciar mi dimisión cuando se me abrió una causa por cuatro trajes. Dimití por mi partido y para defender mi honor después de ganar mis terceras elecciones. Hace 15 años fui imputado. En total, cerca de 400 personas han sido interrogadas sobre mí. Entonces tenía 45 años y era presidente de la Generalitat. Hay que pensar si todo esto ha tenido sentido. Y no. No tiene sentido. Esto no le puede pasar a ningún español. He visto mi nombre mancillado. No quiero que nadie paso lo que yo he pasado».
«Estoy muy contento. El de hoy es un día de esperanza, alegría y satisfacción al que siempre quise llegar con la convicción de que, con esfuerzo, todo se puede lograr. Siempre confié en que la justicia me iba a dar la razón», ha indicado Camps antes de recordar y agradecer el apoyo de familiares, amigos y compañeros de partido «que siempre han estado ahí». Durante casi media hora ha hablado y contestado preguntas hasta que ya no ha habido más preguntas.
«No me he escondido, no he huido, no he pedido indultos, ni he llorado por las esquinas, y eso debe tener algún valor. Siempre he estado a la altura de las circunstancias», resaltó Camps al finalizar una primera intervención que ha cerrado con una frase con toda la intención política: «Y yo sí, no como Pedro Sánchez, me pongo a su disposición».
Camps compareció ante los periodistas contenido. A diferencia de otras ocasiones, mucho más aparatoso en los gestos y las palabras, el expresidente de la Generalitat se presentó con un gesto serio, sin sonrisas a boca llena, tranquilo y bastante mesurado. Llegó a las 13.22 al bufete de abogados y compareció a las 13.35 junto a Pablo Delgado, que habló en primer lugar durante 10 minutos. Camps, eso sí, no se olvidó de los rivales políticos del PP, incluso con alusiones expresas al presidente del Gobierno.
Las preguntas se han centrado en el ahora qué. «He hablado con los presidentes del PP, el nacional y el autonómico. Quiero estar en política. Casi estoy más ilusionado que cuando empecé. Cuento con un compromiso, la convicción y madurez, y esto y a disposición de mi partido. Hablaré con los presidentes», señaló, para rematar indicando que «ahora tengo todo el tiempo del mundo». Al insistirle en sus preferencias, en un principio señaló que esa será una cuestión que diriman en el PP, si bien luego apuntó que «he estado en la política municipal y aprendí de ella».
«Mi reparación real ya está hecha. La mayor y definitiva ha sido con la sentencia. Mi reparación personal está en el terreno de la política. Quiero volver a la arena política de primer nivel. Es mi vida y mi compromiso. Mi vocación de servicio público es irrefrenable. Nunca he dejado la política. Estoy al servicio de los españoles y del PP», indicó el expresidente, que no tuvo empacho de opinar sobre Pedro Sánchez («realizó una dejación de funciones. Demostró no estar a la altura, escondiéndose. Eso no pasa en un país moderno. Es una burla. Si alguien investiga a su mujer, lo que tendría que hacer es dar explicaciones como he hecho yo») o sobre Mónica Oltra («yo no me he dedicado a llorar por las esquinas», ha indicado al ser preguntado por ella), y es que Camps, que ha asegurado haber recibido cientos de llamadas y mensajes, ha confirmado sus ganas de volver y su contacto con Feijóo o Mazón y «confiando» en que también le habrá mandado algún mensaje María José Catalá, alcaldesa de Valencia.
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